03 sep 2020 , 05:57

Un afroamericano muere asfixiado por la Policía en EEUU

   

Los agentes involucrados en el suceso siguen de servicio, según varios medios locales.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, exigió este jueves respuestas por la muerte de Daniel Prude, un hombre afroamericano, a manos de agentes de policía, un caso que ha causado una fuerte indignación tras la difusión en las últimas horas de un video en el que se registraron los hechos.

 

Prude, de 41 años, falleció el pasado mes de marzo en la ciudad de Rochester (Nueva York) y en las imágenes difundidas este miércoles por su familia puede verse cómo los agentes le cubrieron la cabeza con una capucha y le presionaran el rostro contra el pavimento durante dos minutos.

 

 

 

“Anoche vi el video de la muerte de Daniel Prude en Rochester. Lo que vi fue muy alarmante y demando respuestas”, dijo Cuomo en un comunicado.

 

El caso está siendo investigado desde hace meses por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, encargada de llevar a cabo pesquisas en supuestos casos de violencia policial.

 

Cuomo reclamó que la investigación se complete cuanto antes y pidió al Departamento de Policía de Rochester plena cooperación.

 

Por ahora, los agentes involucrados en el suceso siguen de servicio, según varios medios locales.

 

Prude murió el 30 de marzo, una semana después de ser detenido, cuando se le retiró el soporte vital que se le había aplicado después de llegar maltrecho al hospital.

 

Según los medios, los policías respondieron a una llamada de su hermano, después de que Prude saliese corriendo de su casa en un estado errático y con síntomas de algún tipo de problema mental.

 

El hombre había sido trasladado a un hospital el día anterior después de que aparentemente comenzara a experimentar problemas de salud mental, según muestran los informes policiales.

 

En los videos hechos públicos por la familia, tomados por las cámaras que llevan los agentes en sus uniformes, se ve a Prude, que se había desnudado, con las manos detrás de la espalda, esposado y gritando antes de que la policía le tapara la cabeza con una capucha, aparentemente para evitar que les escupiera, ya que había gritado que tenía coronavirus.

 

Después de dos minutos, Prude ya no se movía ni hablaba, por lo que se decide llamar a los servicios médicos de urgencia, que le practican maniobras de reanimación y le trasladan a un hospital.

 

El médico forense del condado de Monroe dictaminó que la muerte de Prude fue un homicidio causado por "complicaciones de la asfixia en el marco de la restricción física", según un informe de la autopsia.

 

El "delirio excitado" que padecía el fallecido y la intoxicación aguda por varios fármacos que había tomado fueron también factores que contribuyeron a su estado, según el informe.

 

El caso de Prude se une a otros parecidos en los últimos meses que han generado protestas masivas en buena parte de Estados Unidos contra la violencia policial y el racismo.

 

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