Colombia conmemoró dos años del proceso de paz con la esperanza de retomar las negociaciones.
Los diálogos de paz de Colombia recuperaron el oxígeno con el acuerdo entre Gobierno y las FARC para liberar al general Ruben Darío Alzate y otras cuatro personas secuestradas por la guerrilla, lo que permitirá retomar las negociaciones en cuanto sean puestos en libertad.
Coincidiendo con el segundo aniversario de los diálogos de paz, el Gobierno de Colombia y las FARC alcanzaron a un acuerdo sobre las condiciones para liberar "lo antes posible" a estas personas, según anunciaron en La Habana representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz.
En principio, este acuerdo saca las negociaciones del impasse en que se encontraban desde el domingo, cuando la guerrilla capturó al general Alzate, el primer militar de tan alto rango en manos de las FARC, lo que provocó el mayor momento de crisis en el proceso de paz con la decisión del presidente Juan Manuel Santos de suspender las conversaciones.
Además de Alzate, serán liberados el cabo Jorge Rodríguez y la abogada al servicio del Ejército, Gloria Urrego, retenidos junto con el general en una zona conflictiva del departamento de Chocó, en el oeste colombiano; además de los soldados César Rivera y Jonathan Díaz, secuestrados hace diez días tras un combate en Arauca, en la frontera este con Venezuela.
El jefe negociador de la guerrilla, "Ivan Márquez" (alias de Luciano Arango Marín), intervino esta mañana en La Habana antes de que se anunciara el reinicio de los diálogos, donde hizo un balance "altamente positivo" de dos años de proceso de paz, que avanza a paso lento pero seguro, con acuerdos parciales en más de la mitad de la agenda.
El equipo negociador de la guerrilla achacó la "captura" del general y de sus dos acompañantes a un suceso normal dentro de una guerra, consecuencia de la negativa del Gobierno a decretar una tregua temporal para crear un "ambiente de tranquilidad" durante las conversaciones.
"No es sensato que continuemos matándonos en una confrontación que, de no parar, generará más prisioneros e incidentes que pueden poner en peligro la continuidad de la mesa de conversaciones", afirmó hoy ante los medios "Márquez", número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Márquez" insistió en que el "principal obstáculo" que ha tenido el proceso de paz ha sido "la persistencia del Gobierno de no permitir un cese el fuego bilateral", lo que ha provocado continuas fricciones entre las partes en estos dos años.
El argumento del Gobierno es que la guerrilla ha utilizado en otros intentos de paz estas treguas para reforzarse militar y políticamente, lo que "Márquez" consideró "un absurdo".
Con el reinicio de las conversaciones, tan pronto se libere a los secuestrados, las partes tienen por delante la tarea de resolver los puntos más complejos y delicados de la agenda: el resarcimiento de las víctimas y concretar cómo se producirá el fin de las hostilidades y la entrega de las armas por parte de la guerrilla.
En estos dos años de negociaciones, ya se han logrado acuerdos preliminares en tres de los cinco puntos de la agenda, referentes a tierras y desarrollo rural, participación política y drogas y cultivos ilícitos.
En estos momentos discutían la reparación de los 6,5 millones de víctimas del conflicto armado y estaba previsto que, en el ciclo de conversaciones que hubiera iniciado ayer, la mesa recibiera a la quinta y última comitiva de víctimas para enriquecer ese debate con sus testimonios y propuestas.
La asignatura pendiente es salvar las diferencias entre las partes cuando se llegue al último punto de la agenda, referido al fin del conflicto, entrega de armas y tránsito a la vida civil de las FARC, asuntos sobre los que ya está trabajando desde agosto una subcomisión técnica formada por militares.
Desde el Gobierno mantienen que la insurgencia deberá abandonar las armas tan pronto se alcance un acuerdo definitivo, mientras que la guerrilla da prioridad a que el Estado les ofrezca garantías de seguridad durante y después de su desmovilización y se reservan la entrega de las armas para cuando eso se produzca.
A pesar de que quedan por delante los asuntos más polémicos y conflictivos, el jefe negociador de las FARC se mostró optimista sobre las opciones de avanzar hacia un acuerdo final.
"Nos entendemos mucho mejor. Estos dos años nos han permitido conocernos más y eso puede incidir en que, a partir de ahora, los resultados de las conversaciones sean más prácticos y viables", aseveró.
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