21 ago 2024 , 15:06

La migración de hondureños se mantendrá por la falta de empleos dignos

El director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Honduras advierte que la migración masiva continuará mientras no se solucionen los problemas de empleo precario en el país.

   

El flujo migratorio desde Honduras hacia países como Estados Unidos y España seguirá en aumento debido a la falta de empleos dignos en el país, según Eugenio Sosa, director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

En declaraciones recientes a la agencia EFE, Sosa subrayó que la carencia de oportunidades laborales suficientes y bien remuneradas empuja a los hondureños a buscar mejores condiciones de vida en el extranjero.

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Esta tendencia, Sosa explicó, genera distorsiones significativas en múltiples aspectos de la sociedad hondureña, afectando tanto al ámbito profesional como a la economía y las comunidades locales.

Aunque el envío de remesas por parte de los migrantes fue un alivio económico a corto plazo, Sosa advierte que este flujo de dinero no compensará las pérdidas a largo plazo que la migración causa al país.

En 2023, las remesas familiares alcanzaron los USD 10 000 millones, un monto considerable que subraya la dependencia económica de Honduras de sus migrantes. Sin embargo, Sosa enfatizó que este fenómeno no puede verse como una solución sostenible para los problemas económicos del país.

Sosa también abordó el grave problema del empleo precario en Honduras, señalando que es una de las principales razones por las que tantos hondureños deciden emigrar.

Aunque la tasa de desempleo abierto ha bajado al 6,4 % desde el 10 % que se registró tras la pandemia de COVID-19, el empleo precario afecta a una gran parte de la población.

Aunque el envío de remesas por parte de los migrantes fue un alivio económico a corto plazo, Sosa advierte que este flujo de dinero no compensará las pérdidas a largo plazo que la migración causa al país.

En 2023, las remesas familiares alcanzaron los USD 10 000 millones, un monto considerable que subraya la dependencia económica de Honduras de sus migrantes. Sin embargo, Sosa enfatizó que este fenómeno no puede verse como una solución sostenible para los problemas económicos del país.

Un hombre carga una caja por una calle este miércoles en Tegucigalpa (Honduras).
Un hombre carga una caja por una calle este miércoles en Tegucigalpa (Honduras). ( )

Sosa también abordó el grave problema del empleo precario en Honduras, señalando que es una de las principales razones por las que tantos hondureños deciden emigrar.

Aunque la tasa de desempleo abierto ha bajado al 6,4 % desde el 10 % que se registró tras la pandemia de COVID-19, el empleo precario afecta a una gran parte de la población.

Según los datos del INE, unas 250 000 personas están desempleadas, pero el mayor desafío radica en los dos millones de personas que trabajan en condiciones precarias o subempleadas, recibiendo salarios bajos y sin estabilidad laboral.

Sosa explicó que más del 50 % de la población laboral en Honduras enfrenta esta situación, lo que refleja la falta de oportunidades laborales de calidad en el país.

Ciudadanos hondureños descansan en una calle este miércoles en Tegucigalpa (Honduras).
Ciudadanos hondureños descansan en una calle este miércoles en Tegucigalpa (Honduras). ( )

Además, comentó sobre la profunda transformación económica y social que sería necesaria para reducir la migración y mejorar las condiciones de vida en Honduras.

Otro aspecto relevante es el impacto demográfico de la migración. La población de Honduras, afectada en más del 60 % por la pobreza, se estima en unos 9,2 millones de habitantes, según el Registro Nacional de las Personas (RNP).

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Sin embargo, la migración masiva y el cambio en las tasas de natalidad podrían alterar esta cifra en los próximos años. Sosa señaló que el país ha pasado de registrar hasta 250 000 nacimientos anuales a solo 150 000 en el último año, indicando un cambio demográfico significativo.

Finalmente, Sosa subrayó que, aunque el promedio de hijos por familia ha disminuido de cinco a entre dos y tres, e incluso a uno en algunos casos, la migración seguirá siendo un desafío persistente mientras no se aborden las causas estructurales subyacentes, como la falta de empleos dignos y la inseguridad generalizada en el país.

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