21 ago 2024 , 09:36

Líbano: Bombardeos israelíes dejaron decenas de heridos y una muerte

El conflicto entre Israel y Líbano se agrava con nuevos bombardeos en el Valle de la Bekaa, dejando un saldo mortal y numerosos heridos.

   

La violencia en la región del Valle de la Bekaa, en el este de Líbano, continúa en ascenso tras una serie de bombardeos israelíes que, por segundo día consecutivo, causaron estragos en la zona.

Este miércoles, 21 de agosto, las fuerzas aéreas israelíes lanzaron ataques en tres ubicaciones del distrito de Baalbek, provocando la muerte de un joven identificado como Ali Moussawi y dejando a 20 personas heridas, incluyendo ocho menores de edad.

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La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) informó que uno de los heridos se encuentra en estado crítico, y que la mayoría de los niños afectados tienen menos de 10 años.

Los ataques de hoy se suman a los bombardeos del lunes por la noche en la misma región, donde Israel afirmó haber alcanzado depósitos de armas pertenecientes al grupo chií libanés Hizbulá. Estos primeros ataques resultaron en 11 heridos, exacerbando la ya tensa situación en la zona.

Foto en Líbano despúes del bombardeo
Foto en Líbano despúes del bombardeo ( )

En respuesta a los ataques israelíes, Hizbulá, una de las principales fuerzas militares y políticas en Líbano, lanzó una serie de proyectiles y desplegó aviones no tripulados contra posiciones militares en el norte de Israel.

Este intercambio de fuego intensificó aún más la escalada del conflicto, que se encontraba en un punto crítico desde finales de julio, cuando Israel mató a Fuad Shukr, un alto comandante de Hizbulá, en las afueras de Beirut.

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La tensión no se limita a la Bekaa. El martes, 20 de agosto, Hizbulá reconoció la pérdida de cuatro de sus miembros en un bombardeo israelí en la localidad de Dhayra, situada en el sur del Líbano. Este reconocimiento subraya la gravedad de la situación y el costo humano que el conflicto sigue cobrando en ambas partes.

El reciente incremento de hostilidades entre Israel y Hizbulá plantea serias preocupaciones sobre el futuro de la seguridad y la estabilidad en la región. La continua respuesta armada y los ataques aéreos sugieren que ninguna de las partes está dispuesta a retroceder, lo que podría llevar a un conflicto más amplio y devastador.

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