Más de 4 000 millones de personas no tienen acceso a agua potable segura en el mundo
Un nuevo estudio revela que la falta de acceso a agua potable afecta a más de la mitad de la población en países de renta baja y media, duplicando las estimaciones previas.
Más de 4 400 millones de personas en países de renta baja y media carecen de acceso a agua potable segura, un número que supera significativamente las estimaciones anteriores. Además, casi la mitad de la población en estas regiones enfrenta problemas graves de contaminación por material fecal en sus fuentes de agua.
Estos datos son el resultado de una investigación internacional dirigida por Esther Greenwood, del Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuáticas, en colaboración con la UNICEF, la Escuela Politécnica Federal de Zúrich y la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otros.
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El estudio fue publicado recientemente en la revista Science y subraya la necesidad de un enfoque renovado y urgente para abordar la crisis del agua en estas regiones.
Este estudio expone que las estimaciones anteriores sobre el acceso a agua potable segura estaban subvaloradas, especialmente en las poblaciones más vulnerables del mundo.
Según la investigación, en 2020 solo una de cada tres personas en estos países tenía acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura, un número que contrasta con las cifras oficiales del Programa de Monitoreo del Abastecimiento de Agua de la ONU, que había estimado que 2 000 millones de personas carecían de acceso a agua potable en ese mismo año.
Uno de los hallazgos más preocupantes del estudio es la prevalencia de la contaminación fecal, específicamente por la bacteria E. coli, que afecta a una porción significativa de la población en estos países.
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Esta contaminación representa un riesgo considerable para la salud pública, ya que la ingestión de patógenos fecales es una de las principales causas de enfermedades y mortalidad infantil en el mundo. La investigación también destaca la urgente necesidad de realizar inversiones específicas en la mejora de la infraestructura del agua y la vigilancia de su calidad.
Los datos revelan que los sistemas actuales de monitoreo y gestión del agua no son suficientes para garantizar que el agua sea segura para el consumo, y que las condiciones medioambientales, como el cambio climático y la estacionalidad de las precipitaciones, complican aún más la gestión de los recursos hídricos.
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