El Katrina fue uno de los mayores desastres naturales en la historia de EE.UU.
El huracán Katrina tocó tierra a las 6:10 de la mañana del 29 de agosto de 2005 en el estado de Luisiana. Menos de dos horas después, ya causaba los estragos que lo convertirían en una de las peores catástrofes naturales de Estados Unidos.
El huracán embistió con fuertes vientos y lluvia a los estados de Misisipi, Alabama, y Florida, pero la peor parte la llevó Nueva Orleans, en Luisiana.
A las 8:14 de la mañana la ciudad emitió una alarma de inundación, luego de que se rompiera el dique que debía contener el agua. En las siguientes horas más de esas estructuras de retención se fueron derrumbando.
Katrina arrasó con Nueva Orleans. El 80% de la ciudad se inundó, en algunas zonas el agua alcanzaba una altura de seis metros.
Un día antes de la llegada del huracán, el alcalde emitió, por primera vez en la historia de la ciudad, una orden general de evacuación, y las autoridades locales pusieron en marcha lo que llamaron "procedimientos del fin del mundo".
Aun así, la tragedia ya era inevitable.
Poder destructivo
A pesar de las medidas de emergencia, Katrina mató a más de 1.800 personas, ubicándolo entre los tres huracanes más letales de EE.UU.
El Centro Nacional de Huracanes, sin embargo, advierte que la cifra real de muertos "probablemente nunca se llegue a saber".
El huracán causó el desplazamiento de más de un millón de personas en la costa del golfo de México.
Katrina causó daños que hoy equivalen a US$170.000 millones, eso, en términos de costo, lo convierte en el huracán más destructivo en la historia del país, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés).
“Tenía los ingredientes de una tormenta asesina”, dice en un documental del canal Nova Walter Maestri, que para entonces era el director de emergencias de Jefferson Parish, un sector del área metropolitana de Nueva Orleans.
¿Cuáles fueron los ingredientes de esa mezcla apocalíptica?
“Katrina fue en parte un desastre natural y en parte un desastre provocado por el hombre”, le dice a BBC Mundo Brian McNoldy, investigador de ciencias atmosféricas en la Universidad de Miami.
Todo esto ocurrió en 2005, el año con la temporada de huracanes más activa desde que se comenzara a llevar registro en 1851, según datos de la NOAA.
Según McNoldy, Katrina fue el resultado de una mezcla “inusual” de condiciones.
Este es un recuento de las factores que desembocaron en el desastre causado por el huracán.
Calor, agua y viento
Katrina fue una letal combinación de fuertes vientos, una marejada ciclónica sin precedentes e inundaciones que arrasaban todo a su paso.
El huracán se formó a partir de un sistema de aire de húmedo y cálido a lo largo de una zona de baja presión, que se juntó con los remanentes de una tormenta tropical.
Durante su recorrido por el golfo de México, Katrina llegó a ser un huracán de categoría 5, la máxima en la escala de intensidad, con vientos de más de 280 km/h.
Al tocar tierra en el sudeste de Luisiana, sin embargo, bajó a categoría 3. “El daño hubiera podido ser mucho peor”, dice McNoldy.
Aun así, alcanzó vientos de 200 km/h. Katrina, además, tenía el doble del tamaño de un huracán promedio en el Atlántico.
¿Y cómo se formó un huracán tan grande y tan poderoso?
El primer elemento fue la temperatura de la superficie del océano. Los huracanes se forman en aguas cálidas, por encima de los 26 °C. A mayor temperatura del agua, más intenso puede ser el huracán.
Al momento en que se formó Katrina, la temperatura en la superficie del mar “era mucho más cálida de lo normal en la mayor parte del Atlántico tropical”, según explica McNoldy en un artículo que publicó en The Washington Post.
Un segundo factor clave, explica McNoldy, es el nivel de humedad.
A mayor humedad se forman más tormentas eléctricas, que son clave para el sostenimiento de un huracán.
En la región en la que surgió Katrina, esos valores de humedad también “eran mucho más altos”, dice McNoldy.Y un tercer ingrediente fue la poca cizalladura vertical del viento que hubo en los días en los que se formó Katrina.
La cizalladura vertical se refiere a los cambios que ocurren en la velocidad o la dirección del viento a medida que aumenta la altitud.
Si hay demasiada cizalladura vertical, el viento rompe la estructura del huracán y aumenta la probabilidad de que se disipe.
Cuando Katrina comenzó a formarse en el Caribe, la cizalladura vertical del viento era débil, lo cual ayudó a que el huracán fuera más estable e intenso.
Desastre
La combinación de estos factores dio origen a un huracán que produjo una fuerte marejada que causó inundaciones severas.
De hecho, lo expertos calculan que la mayoría de las muertes de Katrina se debieron al aumento del nivel del agua. Muchas de estas personas murieron ahogadas.
La marejada destruyó totalmente estructuras en la costa de Mississippi y el daño se extendió varios kilómetros tierra adentro.
En Nueva Orleans, donde varias zonas están por debajo del nivel del mar, el oleaje hizo colapsar los diques que debían contener el agua, lo cual provocó la inundación de gran parte de la ciudad y los suburbios de la zona este.
¿Puede volver a ocurrir?
La actividad de huracanes en el Atlántico varía de forma natural y cíclica, alternando fases de agua fría y caliente en el norte del océano.
Cada uno de estos ciclos puede durar entre 20 y 40 años, y, según explica la NOAA, desde 1995 comenzó un ciclo de “alta actividad” en el Atlántico, asociado a mayores temperaturas del agua.
En cuanto al cambio climático, ¿tendrá algún impacto en la cantidad y la fuerza de los huracanes en los próximos años?
Los estudios de la NOAA, aunque advierten que hace falta más investigación, en resumen sostienen que:
- Ninguna de sus proyecciones para el siglo XXI muestran que el calentamiento causado por los efectos de invernadero lleve a un gran aumento de huracanes en el Atlántico.
- Hay un 66% de probabilidad de que el aumento de la temperatura cause que en este siglo los huracanes en el Atlántico tengan mayor cantidad de lluvia.
- Hay una “confianza media” de que se vuelvan más intensos, en promedio.
- Es incierto cómo cambiará el número de tormentas tropicales durante el siglo XXI.
¿Está Nueva Orleans preparada para otro Katrina?
“Lo que ocurrió en Nueva Orleans era hasta cierto punto prevenible”, dice McNoldy. “Cuando se rompieron los diques fue que todo se salió de control, si no hubieran fallado, el resultado habría sido otro”.
Desde años antes de Katrina, los expertos ya habían advertido de la devastación que causaría un huracán de esa magnitud. “Era una bomba de tiempo”, escribe el experto en su artículo.
En 2005, el sistema de protección contra inundaciones de Nueva Orleans “no solo era obsoleto, si no que estaba incompleto”, le dice a BBC Mundo el ingeniero civil Ed Link, profesor en la Universidad de Maryland, quien lideró la investigación para establecer por qué los diques no soportaron el embate de Katrina.
Según Link, Nueva Orleans simplemente no estaba preparada.
Hoy, sin embargo, el panorama es distinto.
“La diferencia entre Nueva Orleans en 2005 y Nueva Orleans en 2020 es enorme”, dice Link.
Según explica el ingeniero, el nuevo sistema que se completó en 2011 es “robusto” y está diseñado con base en las probabilidades de que ocurra un huracán similar o más poderoso que Katrina.
Link añade que se mejoró el sistema de drenaje y bombeo para lidiar con el agua que entre a la ciudad.
El ingeniero, sin embargo, advierte que este nuevo sistema “no es adecuado para sostener a New Orleans indefinidamente”.
El acelerado aumento del nivel del mar y la probabilidad de que los huracanes sean más severos, requerirán medidas adicionales para mantener segura la ciudad.
Según Link, Nueva Orleans está hoy en mejor situación de riesgo que nunca, “pero como todas las ciudades costeras, enfrenta un futuro incierto”.
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