Viajar a destinos naturales de Ecuador, un auge provocado por la pandemia
En lo que va de 2021 las áreas protegidas del país han recibido a más de 500 mil turistas.
Volver a la naturaleza. A principios de 2020 por algunos meses la vida transcurrió entre cuatro paredes. A mediados de marzo, Ecuador declaró el estado de emergencia sanitaria debido a la pandemia causada por el covid-19.
Así, el turismo fue uno de los sectores más afectados, sin embargo, con el pasar de los meses, y la flexibilización de las medidas, viajar por el interior del país se ha convertido en una opción para quienes buscan alejarse de la ciudad.
En lo que va de 2021, según datos del Ministerio de Turismo, las áreas naturales protegidas en Ecuador, las cuales reabrieron de manera paulatina en julio de 2020, han recibido a 592.190 visitantes, el 93% ecuatorianos y 6,95% extranjeros.
Una de esas turistas fue Alejandra Rodríguez de 23 años, durante este año ha visitado el volcán Quilotoa, el volcán Chimborazo, y el Desierto de Palmira, "antes de la pandemia todos los lugares que frecuentaba eran cerrados, restaurantes o bares, nunca fue mi prioridad conocer áreas naturales de Ecuador".
Sin embargo, cuenta que desde que los lugares al aire libre fueron determinados como una forma segura de salir por el distanciamiento social, dice "los planes han cambiado, hay más ofertas para visitar, para acampar", y agrega "ahora disfruto de mi país de una forma diferente".
Viajar, pero con conciencia ambiental
Hace tres años, Christian Pérez, docente de literatura y campista desde los 14, creó el proyecto SachaRuna (significa Hombre del bosque) junto a Carlos Salón, una iniciativa turística que empezó con un grupo de amigos aficionados al senderismo y de conocer diferentes rutas del país.
Su propuesta está enfocada en ofrecer una experiencia orgánica, educativa, y sustentable "el turismo ecológico o rural en nuestro país ha sufrido como un boom, especialmente, a raíz de la pandemia, pero ese boom no se adapta necesariamente a las necesidades que la naturaleza tiene", advierte.
En ese sentido, destaca que las visitas sin control pueden dañar estos lugares naturales, al dejar basura por ejemplo, "hay como una especie de sobreexplotación de algunos destinos (como el Cerro Puñay) y los sitios no aguantan a tantas personas a la vez, es realmente negativo para el ambiente".
Por ese motivo, dice, buscan visitar lugares no tan conocidos, y "viajamos pocos (hasta 15 personas) para que el impacto que nuestra presencia tiene en estos sitios sea el menor posible". Recomienda a otras ofertas turísticas a tener presente el sentido de la conservación "se requiere creatividad y la iniciativa para que esa diversidad pueda ser visitada de forma sostenible".
Dormir bajo mil estrellas
Así, la cultura de acampar se extiende en el país. En redes sociales existen otras ofertas, entre ellas, la de Joseph Leiva y su novia Karla Arribasplata, quienes a raíz de la pandemia crearon 'Bros camping', con el objetivo de impulsar una comunidad.
"Vimos que no era algo tan común en Ecuador, sobre todo en la costa, entonces cuando la pandemia llegó y no se podía viajar al exterior, fue la oportunidad para dar a conocer el turismo del país a través de esta experiencia". Leiva concuerda con Pérez en que se debe generar conciencia en un turismo sostenible, por eso, dice, que su filosofía es desbloquear destinos, y no buscar los mismos, incluso han acampado en la playa, "todos apuestan por la sierra, pero queremos que la cultura de acampar no solo se enfoque allí, también en el resto del país".
Acampar en la ciudad
Antes de la pandemia, cuenta Tania Ríos, coordinadora turística del Bosque Protector Cerro Blanco, ubicado en Guayaquil, "nuestro público eran los estudiantes de escuelas y colegios, durante la semana recibíamos grupos de 40, 60 y 150 alumnos, teníamos temor porque pensamos que nos iba a perjudicar las clases virtuales".
Sin embargo, el pasado 22 de septiembre de 2020, cuando volvieron a funcionar, se llevaron una sorpresa "por el confinamiento las familias vieron la necesidad de ir a espacios abiertos, y a tener más contacto con la naturaleza".
Ahora los fines de semana es cuando más visitantes reciben, "casi todas las semanas tenemos campings, no podemos recibir a grupos numerosos por la pandemia, pero las familias están apostando por esta actividad diferente", dice y agrega que para conservar las medidas de bioseguridad, las personas deben hacer una reserva antes. Ante la demanda, adelanta Ríos, pronto inaugurarán una ruta para andar en bicicleta en el bosque.
Dato:
Los precios para acampar oscilan entre 60 dólares a 120, pero dependerá del destino y los días de permanencia.
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