Tres grupos criminales son los que más reclutan a menores de edad en Ecuador

Una decena de agentes se desplegó en una carretera de la provincia de Los Ríos para un operativo de control de la Policía Nacional. Luego de revisar a los ocupantes de las motos que transitaban por esa zona el martes 8 de octubre de 2024, aislaron a dos adolescentes. Los menores supuestamente tenían en su poder dos armas de fuego.

Casos así se están volviendo cotidianos en Ecuador. Solo entre enero y agosto de 2024, un total de 1 575 menores de edad fueron detenidos, según cifras del Ministerio del Interior. Esto por delitos que van desde tráfico de drogas, hasta abuso, delincuencia organizada, robos, hurto, entre otros.

Los jóvenes, en su mayoría, tienen 17 años. Y en una cantidad mínima, 12 años, cuando recién llegan a la adolescencia. (Ver cuadro)

El director del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado (OECO), Renato Rivera, indicó que esta problemática de los menores de edad reclutados por las bandas está más marcada en Guayaquil, Durán y Esmeraldas. Según Rivera, en estas ciudades también hay mayor número de niños y adolescentes asesinados.

Las cifras del Ministerio del Interior revelan que Guayas lidera la provincia con más menores detenidos, seguida de Pichincha, El Oro, Manabí, entre otras. (Ver cuadro)

Rivera indicó que los grupos narcocriminales buscan que los menores de edad integren sus filas porque en caso de ser detenidos, su captura no incide o afecta en la estructura delictiva. Añadió que hay tres organizaciones las que están detrás del reclutamiento forzado de los adolescentes: Los Latin Kings, Chone Killers y Los Tiguerones. Estos últimos, se concentran más en el noroeste de Guayaquil.

El experto detalló que los adolescentes son usados por los grupos criminales para el tráfico de drogas, manipular explosivos y colocarlos en locales comerciantes. A eso se le suman otros roles como extorsionadores y sicarios. Rivera dijo que cuando ocurren crímenes múltiples, algunas veces son porque los menores de edad no tienen experiencia en el manejo de armas.

El fiscal César Peña comentó que además de esos delitos, los adolescentes se ven inmiscuidos en secuestros y terrorismo. Relató que cuando estuvo a cargo de la Unidad de Justicia Juvenil de la Fiscalía, un 90 % de los menores de edad que fueron llevados a esa dependencia participaron en esos hechos.

Justamente las cifras del Ministerio del Interior reflejan que hay un importante número de menores de edad que han sido detenidos por los delitos antes mencionados en 2024. Por ejemplo, el tráfico de drogas lidera la lista con 269, seguido de tenencia de armas con 232. (Ver cuadro)

En el caso del delito de terrorismo, Peña indicó que implica también el uso de explosivos o disparos contra espacios públicos y privados.

En 2023, un total de 2 374 menores de edad fueron detenidos según los datos del Ministerio del Interior. De ellos, 1 614 entre enero y agosto de ese año.

El fiscal Peña relató que durante las entrevistas de los menores de edad con los psicólogos de la Fiscalía del Guayas, dicen que se meten a las bandas delictivas por el dinero. La propuesta económica, la promesa de ser jefe de un grupo criminal, un sitio para vivir, motos, entre otros, son algunos de los motivos por los cuales deciden vincularse.

De hecho, en septiembre pasado, el coronel Roberto Santamaría reveló para Ecuavisa.com que las bandas criminales pagan un salario mensual a los menores. El valor fluctúa por los USD 4 000. Una situación que ocurre en Nueva Prosperina, donde Santamaría fue jefe del distrito hasta octubre de 2024.

Por su parte, el sociólogo y experto en seguridad Javier Gutiérrez explicó que las bandas delictivas requieren jóvenes para cumplir sus objetivos. Dijo que el reclutamiento de menores es "un fenómeno social que recién está iniciando".

Otro factor que se ha aducido al por qué las bandas reclutan menores es el tema legal. En Ecuador, los menores de entre 12 a 17 años son juzgados por el Código de la Niñez y la Adolescencia, y contiene sanciones menores de las que recibiría un mayor de edad.

Sobre este punto, el experto Renato Rivera del OECO expresó que se ha "generalizado mucho ese discurso a partir del fenómeno de microtráfico en las ciudades". Y que es parte del entorno de oportunidad de las organizaciones criminales en aprovecharse de los grupos vulnerables". También que es una situación que se puede dar a nivel de todo Latinoamérica, sobre todo en escenarios con alto índice de criminalidad.

Para Gutiérrez, quien ha liderado proyectos sociales en sectores como Nueva Prosperina, el Ejecutivo y los gobiernos locales deben trabajar en inversión, programas artísticos, entre otros. Esto con la finalidad de alejar a los menores de edad de las bandas narcocriminales que operan en los territorios vulnerables.

Enfatizó que estos planes deben ser a largo plazo y requieren también el apoyo de la empresa privada, universidades, organizaciones no gubernamentales y sociedad civil. El grupo etario destinado son niños de hasta 10 años. Según Gutiérrez, de manera preventiva antes que caigan en las redes criminales.

Lea más: Quemar a sus víctimas es la nueva modalidad de las bandas que se disputan Durán.

Los menores reclutados, a decir de Gutiérrez, generalmente viven en estas zonas que han sido 'olvidadas' por las administraciones gubernamentales y municipales. En el caso del noroeste de Guayaquil, las condiciones del terreno, la falta de calles pavimentadas, agua potable y alumbrado público, ha sido ideal para que los grupos criminales se expandan.

El reclutamiento de adolescentes por grupos criminales no es nuevo. Según el experto Renato Rivera, en países como México, ha sido una problemática de hace unos 15 años.

Indicó que el interés de los cárceles del narcotráfico en los menores de edad es para incrementar su número de miembros. Esto además de utilizarlos para los activos delictivos. La mafia que inició con el reclutamiento fue el cártel de Sinaloa y luego le siguió Jalisco Nueva Generación hace un par de años.

Mientras que en Colombia, país vecino con Ecuador, la adhesión de jóvenes a las bandas tuvo dos intereses. Uno por entrenamiento y el otro para usarlos en el cometimiento de los delitos.

El sociólogo Javier Gutiérrez hace mucho énfasis en los programas sociales, como el elemento clave para prevenir que las bandas criminales recluten a los menores de edad. Explicó que se debe trabajar articuladamente para ofrecer a los niños alternativas y planes de vida como carreras deportivas, musicales, entre otras.

Gutiérrez también contó que se deben priorizar los territorios y concentrar los esfuerzos en los puntos más críticos que requieren más apoyo. Según él, no solo la ciudad de Medellín, en Colombia, que vivió una dura guerra contra el narcotráfico y el cártel de Pablo Escobar logró bajar sus índices delictivos con programas sociales, también lo consiguió Iztapalapa en México y otras localidades en Brasil.

Para Rivera, en el tema de prevención hace falta estrategias de comunicación que vayan enfocadas a qué pasa si alguien es parte de una organización criminal, los riesgos y amenazas. Pues según él, hay demasiados mensajes de una narcocultura fuerte. También dijo que se debe evaluar la utilización del tiempo libre y qué méritos se podrían aplicar dentro de las escuelas, para así asegurar la permanencia de los chicos en programas deportivos, entre otros.

Te puede interesar: El desgarrador testimonio de una madre sobre su hijo criminal en Guayaquil.