Estado de excepción en Quito: los sicariatos y asesinatos han aumentado respecto al año anterior

No es novedad que el presidente Daniel Noboa declare estados de excepción, esa es la estrategia de seguridad del Gobierno para mantener el control en zonas peligrosas. Sin embargo, el nuevo decreto, firmado ayer 3 de octubre de 2024, sí provoca asombro porque el Mandatario incluyó a Quito por primera vez entre los cantones afectados.

En el documento constan provincias que tienen altos niveles de violencia y donde operan organizaciones criminales, dedicadas al narcotráfico y otras actividades delictivas. De hecho, están los mismos lugares en donde ha estado vigente el estado de excepción desde mayo, se trata de: Guayas, Manabí, Los Ríos, Orellana, Santa Elena, El Oro y el cantón Camilo Ponce Enríquez, en Azuay.

Las sorpresas son: Sucumbíos, porque fue excluida de la lista pese a que registra más muertes violentas; y el Distrito Metropolitano de Quito, porque entra. ¿Qué ha pasado en la capital para que ahora el Gobierno declare estado de excepción?

Le puede interesar: El techo de la cárcel La Roca de Guayaquil aún no ha sido reparado tras ser destruido hace 28 días

En el documento de estado de excepción, el Gobierno comparte las cifras oficiales de muertes violentas entre 2023 y 2024, en el periodo entre el 8 de enero, fecha en la que inició el conflicto armado interno, hasta el 27 de septiembre.

En general, a escala de las siete provincias más violentas, el año anterior hubo 4 677 homicidios, mientras que ahora hay 3 855. La reducción es del 18 %. Sin embargo, el Gobierno insiste en que en Ecuador hay un conflicto armado interno, frente al cual es necesario actuar en un estado de excepción.

En Quito, los datos muestran que hay un ligero aumento de asesinatos, de 31 a 33, y los sicariatos pasan de uno a tres. Sin embargo, en los femicidios y homicidios hay una disminución. La primera conclusión de esa cifra es que si bien los casos no han crecido, sí ha aumentado la violencia.

La preocupación de las autoridades está en que en septiembre hay un aumento considerable en los asesinatos. En el mismo mes, el año anterior, hubo solo un caso, mientras que en este hay nueve.

Además, según el ministro de Gobierno, Arturo Félix, históricamente octubre es el mes más violento del año, por lo que es necesario tomar prevenciones.

Revise más: Caso Pampa: Los datos relevantes de la mafia albanesa publicados por la Fiscalía

Sin embargo, las autoridades dan razones para explicar la inclusión de Quito en el estado de excepción que tienen tinte político. El ministro Arturo Félix, dijo que generalmente antes de las elecciones hay intentos de desestabilizar al país y que no lo van a permitir. "Como ya no lo pueden hacer en las cárceles, ahora calientan las calles", aseguró.

Además, al ser consultado por la prensa por qué se incluye a Quito, el Ministro respondió: "Es la capital, vamos a tener que cuidar nuestra ciudad. Ya lo hicieron con incendios", insistiendo en la tesis de que la emergencia provocada por los incendios forestales fue provocada de manera intencional.

El analista en temas de seguridad, Jean Paul Pinto, cree que la decisión del Gobierno es meramente política porque no ve cifras claras que justifiquen un aumento de la inseguridad. Además, cree que con la declaratoria de conflicto armado interno es suficiente para justificar la intervención de los militares.

Mario Pazmiño, analista en Seguridad y Defensa y exdirector de Inteligencia del Ejército, elaboró una investigación de la situación de inseguridad en Ecuador.

Sobre Quito, el experto concluye que hay un aumento significativo de la presencia de bandas organizadas, que se evidencia en el incremento de robos y extorsiones.

Sectores como La Comuna, La Roldós, La Loma de Puengasí, La Magdalena, Chillogallo, El Inca, Cotocollao, Carcelén, Guamaní, El Panecillo, San Roque, Calderón, El Beaterio, Pomasqui, Tumbaco y Cumbayá, están cooptados por organizaciones delictivas.

Lea también: Ecuador registra 532 matanzas en lo que va del 2024

Pinto añade que la criminalidad se concentra en sectores periféricos de la ciudad porque hay menor control de la fuerza pública.

Pazmiño explica que hay una migración de pandillas desde la Costa hacia Quito, porque han sido desplazadas de sus territorios. Además, añade que la ubicación de la capital es estratégica para recibir y distribuir droga de la frontera de la Amazonía, por Carchi y de los puertos.