Daniel Noboa encara un nuevo momento político con tres retos por delante

Hace cinco meses, el presidente Daniel Noboa inició su mandato con un pacto político que le garantizaba gobernabilidad; un gabinete integrado de manera paritaria, con aires frescos, personajes alejados de lo público; y altas expectativas de la ciudadanía en materia de seguridad.

A raíz de los resultados de la consulta popular y referéndum 2024, la ruptura de alianzas en la Asamblea Nacional y un cambio de ministros, el Mandatario enfrenta un nuevo momento político.

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Ecuavisa.com hace un recuento de al menos tres frentes de los que tendrá que ocuparse al corto tiempo:

Las preguntas A, B y C, relacionadas con el apoyo de Fuerzas Armadas a las funciones de la Policía Nacional, la extradición de ecuatorianos, y la creación de judicaturas especializadas en materia constitucional, son de inmediato cumplimiento, apenas se oficialicen los resultados, bajo las condiciones especificadas en los anexos de cada pregunta.

Las otras seis, de consulta popular, pasarán por la Asamblea Nacional, donde ya se analizan los mecanismos para agilizar el trámite, entre los que se baraja la creación de una comisión especializada.

Sin embargo, de acuerdo con el dictamen de la Corte Constitucional, no es obligación del Legislativo aprobar las propuestas, a pesar del mandato popular. Ahí será importante lograr los votos para la aplicación inmediata de cada propuesta.

En todos los casos, son necesarios recursos, que el Gobierno debe garantizar. Por ejemplo, para la creación de las judicaturas conocedoras del derecho constitucional, el Ministerio de Economía y Finanzas deberá destinar las partidas presupuestarias para que el Consejo de la Judicatura las ponga en marcha.

Sin embargo, más allá de los trámites pertinentes, el Gobierno envió el mensaje a la ciudadanía de que si ganaba el Sí, entonces tendrían las herramientas para brindar la anhelada seguridad, la principal preocupación de los ciudadanos.

Por ello, si ocurre un nuevo atentado, o un hecho que conmocione al país, los ecuatorianos regresarán la mirada al Gobierno, esperando explicaciones, según analiza Mauricio Alarcón, director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo.

Para la docente universitaria, experta en comunicación, Caroline Ávila, la consulta popular fue una reafirmación de un deseo de que la violencia termine, no necesariamente un apoyo al presidente Noboa, por ello, debe tomar con cautela los resultados.

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El gobierno logró un acuerdo Legislativo con el correísmo y el Partido Social Cristiano (PSC) para la designación de las autoridades de las comisiones legislativas y del Consejo de Administración Legislativa (CAL).

Con esa alianza se consiguió la aprobación de las leyes económicas urgentes, aunque la ventaja fue tan amplia que incluyó los votos de la bancada de Construye y de los demás asambleístas de minoría.

Ahora, el presidente Daniel Noboa se enemistó con quienes eran sus aliados y reforzó las críticas de sus detractores.

El primero en presentarse como oposición fue el correísmo, tras la irrupción en la Embajada de México para tomar preso a Jorge Glas. Luego, Construye, organización con la que no mantenía una relación cercana, planteó que el presidente había interferido para la cancelación de ese movimiento, cerrando posibilidad de diálogo.

El último en dar un paso al costado fue el Partido Social Cristiano (PSC), ayer, 23 de abril de 2024, cuando en entrevistas el presidente Alfredo Serrano dijo que ya no existe un acuerdo porque la bancada oficialista había intentado jalar asambleístas de sus filas.

Para Mauricio Alarcón esa no es una práctica recomendable, porque resulta contraproducente: por un lado, no consiguen los votos necesarios y por otro, crea enemistades.

Andrés Castillo, asesor político de la bancada de ADN, dice que ellos van a mantener las puertas del diálogo abiertas.

Sin embargo, la posibilidad de conseguir votos cada vez está más limitada. El Gobierno depende de la voluntad de las bancadas, tanto para la aprobación de leyes como para la fiscalización de los ministros.

El presidente Daniel Noboa ha hecho cuatro cambios en su gabinete. Tres de relevancia.

El primero responde a la crisis más importante que atraviesa: los cortes de energía. Removió a Andrea Arrobo del Ministerio del ramo y en su lugar puso a Roberto Luque, quien también dirige la cartera de Transporte. Para Alarcón, desempeñar ambos roles puede ser complicado, porque los dos requieren una gestión urgente.

Tras los resultados de la consulta popular, el Presidente decidió separar el Ministerio del Interior y de Gobierno. En el primero designó a Mónica Palencia y en el segundo a Michele Sensi Contugi.

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Otro cambio fue en el Ministerio de Educación, donde designó a Alegría Crespo. Está previsto que en los próximos días se concreten nuevos cambios.