21 jun 2024 , 07:00

La crisis energética de Ecuador no se podrá superar al corto plazo; los problemas son estructurales

Ecuador va más de ocho meses en crisis energética, con temporadas intermitentes de apagones.

Desde octubre de 2023, los ecuatorianos conviven con los apagones, en algunos casos anunciados con anterioridad y en otros presentados de manera imprevista. Durante ese tiempo, e incluso meses antes, también han escuchado las decenas de explicaciones de las autoridades, del gobierno anterior y actual, sobre las razones de la crisis energética y las posibles soluciones que se analizan.

Primero se atribuyó la emergencia eléctrica al estiaje en las zonas donde están las hidroeléctricas, luego se dijo que las torrenciales lluvias provocaron sedimentos que impedían la operación en las centrales; ahora, el ministro de Energía (encargado), Roberto Luque, dice que hay fallas estructurales y falta de mantenimiento.

Lo cierto es que los problemas se han acumulado durante años y las soluciones se conseguirán a largo plazo.

Le pude interesar: La crisis energética también responde a años de corrupción institucionalizada

El estiaje llegará en tres o cuatro meses y la probabilidad de apagones está latente

Desde septiembre está prevista la época seca en Ecuador, lo que implica un estiaje o ausencia de lluvias. Es decir, el embalse de las centrales no será suficiente para la operación. En pocas palabras, la demanda será mayor que la producción.

Eso fue lo que ocurrió en octubre de 2023, cuando el Gobierno tuvo que programar cortes de energía eléctrica en horarios establecidos. Los pronósticos hablan de que cada año la sequía empeorará.

Para Ecuador eso es un problema porque el 87 % de la producción eléctrica es hidráulica y la generación restante no es robusta. Todo el sistema abastece solo un 90 % de la demanda.

Además, la hidroeléctrica, Coca Codo Sinclair permanece seriamente amenazada por la erosión regresiva del río Coca que cada vez está más cerca del lugar de captación. Si eso llegara a pasar, la hidroeléctrica quedaría inutilizada.

Conociendo ese diagnóstico, la alternativa es buscar otras fuentes de energía. Por ejemplo, comprar a Colombia, esa fue la boya salvavidas en el estiaje anterior, aunque el precio llegó a USD 0,60 por kWh, casi el doble respecto a lo que habitualmente se pagaba. En la negociación más reciente, se estableció el costo de USD 0,25.

Esa opción, aunque necesaria, es incierta porque si el país vecino atravesara un estiaje importante, interrumpirá el suministro a Ecuador para garantizar el abastecimiento interno.

El Gobierno también ha planteado el alquiler y compra de generadores móviles, unos por tierra y otros fluviales. Para lo cual se declara en emergencia a la Corporación Eléctrica del Ecuador, lo que permitirá la contratación directa.

Los contenedores que llegarán por tierra se colocarán en Los Ríos, Santa Elena y Guayas. Mientras que la barcaza debería ubicarse en puertos estratégicos.

Hugo Arcos, jefe del departamento de Energía Eléctrica de la Escuela Politécnica Nacional, explica que para la conexión de las barcazas es necesaria infraestructura, es decir, obras de transmisión. Las autoridades no han informado si se están ejecutando esas labores.

Arcos dice que la administración actual se centró en el mantenimiento de las plantas termoeléctricas, eso alivia un 30 % de la producción nacional, pero insiste en que el principal problema es que la generación eléctrica se concrete, pues la necesidad nacional, durante el estiaje, supera los 1 000 megavatios.

Explica que esas soluciones son temporales, pero que deben considerarse propuestas a largo plazo.

Lea también: La eliminación de los subsidios a las gasolinas revive el fantasma del paro: ¿hay condiciones para las movilizaciones?

El apagón nacional fue la muestra de que el sistema eléctrico está en crisis

Ecuador se quedó sin luz a las 15:15 del 19 de junio de 2024. A los pocos minutos, el ministro Luque dijo que hubo una falla en una línea de transmisión, lo que provocó un blockout, es decir, daños en cascada, que derivaron en la interrupción de la energía eléctrica.

En algunos sectores, la reconexión fue casi inmediata, mientras que en otros, el problema persistió por casi cuatro horas.

En una rueda de prensa, el titular encargado de Energía dijo que lo ocurrido es una muestra de la crisis en el sector eléctrico y de la falta de inversión en los últimos 20 años.

La falla fue en la línea de transmisión entre Zhoray en Cañar y Milagro en Guayas, que permite el transporte 230 kilovoltios. Es una línea vital porque lleva hacia la Costa parte de la energía generada por el Complejo Paute, que es el más grande del país.

Alfredo Mena, director de la Corporación para la Investigación Energética, explica que hasta el momento se debatían los problemas en el origen energético, es decir, en lo que ocurría en las hidro o termoeléctricas. Ahora, se reflejan las deficiencias en el sistema de conexión nacional. Explica que, con la tecnología actual, debería usarse sensores que alerten cuando exista un problema, para desconectar únicamente la parte conflictuada.

Revise más: Daniel Noboa y la Asamblea Nacional rompen los puentes de diálogo a meses de la campaña electoral

Cambiar ese sistema por uno más moderno implicaría una importante inversión, en una cartera de Estado que debe solucionar los problemas a corto plazo, como el estiaje; y a mediano plazo, como la culminación de las obras para la operación de ciertas hidroeléctricas que no despegan.

Mena y Arcos consideran que la conformación del Ministerio de Energía y Minas tampoco es la adecuada. Los expertos creen que debería haber una independencia entre el tema petrolero y minero, respecto al energético.

Noticias
Recomendadas