30 sep 2024 , 19:00

Las bandas criminales buscan perfeccionar los secuestros en el país

La Policía Nacional revela que Los Tiguerones es el grupo delictivo acostumbrado a golpear, torturar y hasta mutilar a sus víctimas. Para expertos, esto da cuenta del perfeccionamiento de los criminales en los secuestros.

Siete días de pesadilla fueron los que vivió una adulta mayor de 69 años cuando fue secuestrada en Nueva Prosperina, en el noroeste de Guayaquil. Ella acompañaba a una amiga a vender un terreno en la conocida Entrada de la 8, el pasado 2 de septiembre de 2024. Ambas llegaron hasta una vivienda, se sentaron en la sala para negociar la compra, cuando tres hombres encapuchados salieron y las ataron. Ahí empezó su calvario, según consta en la declaración de la víctima de la tercera edad ante la Fiscalía del Guayas.

La mujer relató que los tipos las golpearon con una pistola en la cabeza, las amarraron y les cubrieron el rostro. Las subieron a un vehículo y las llevaron a otro inmueble, donde comenzó la tortura. El coronel Roberto Santamaría, jefe del distrito Nueva Prosperina, recordó bien el caso.

Eventos como estos empiezan a volverse comunes en Guayaquil. El 12 de septiembre de 2024, en la Isla Trinitaria, en el sur, dos hombres raptaron a un joven y fue llevado en lanchas por el río Guayas hasta el sector de Montepiedra, en el manglar.

En ese sitio, la víctima fue escondida en una covacha de cañas y plástico negro. Los delincuentes tomaron fotografías colocándole machetes en el cuello de la víctima o fusiles para presionar a su mamá. Según las imágenes, también le cortaron los dedos.

Un agente de la Unidad Nacional de Antisecuestro y Extorsión (UNASE), reveló que aunque no son muchos casos, hay una organización criminal en específico que actúa con violencia en los secuestros, Los Tiguerones.

Según el oficial Fabián López, los miembros de este grupo tienen la “costumbre de cortar y mutilar”, justamente ocurre sobre todo en el noroeste del Puerto Principal. Zona donde también se concentran los operativos de la fuerza pública, pues hasta julio de 2024 había 54 casos de secuestro, según datos de la Policía.

Los operativos se ha intensificado en Nueva Prosperina. Allí las mafias desalojan a dueños de casas para esconder a las víctimas de secuestro.
Los operativos se ha intensificado en Nueva Prosperina. Allí las mafias desalojan a dueños de casas para esconder a las víctimas de secuestro. ( )

El agente comentó que existen muchas variables que inciden en el tema de la violencia contra los secuestrados. Una por ejemplo, si la víctima se porta grosera o por el tema de la negociación con la familia. Y que justamente hacer daño a la persona en cautiverio es parte de la mecánica de estos grupos para presionar el pago de dinero. A eso se suma también el perfil psicológico de los delincuentes, que en un 70 %, son menores de edad.

Para la experta en perfilamiento criminal, Alexandra Mantilla, las mismas organizaciones criminales están haciendo cambios estructurales internamente y vincularse a más delitos. Así diversifican sus acciones en territorio.

Mantilla señaló que apenas se está empezando a ver la violencia y que el nivel va a estar ligado a la organización. Según ella, entre más violenta, más estructurada la banda. Y las torturas y mutilaciones, develan que los grupos buscan perfeccionarse.

Los secuestros de oportunidad en Guayaquil

En el noroeste de Guayaquil, las bandas usan casas de caña en Monte Sinaí para retener a las víctimas. Para ello, generan temor en la zona y desalojan a los propietarios. Así lo aseguró Santamaría, el jefe policial de esa zona. El uniformado detalló que ahora se están dando los denominados ‘secuestros de oportunidad’.

Algo que reafirmó el agente de la UNASE. Ambos dijeron que las mafias dejaron de concentrar esfuerzos en víctimas de alto perfil, a las que se les hacían seguimiento para raptarlas, llevarlas a zonas fronterizas o de la Amazonía para pedir USD 1 000 000 a las familias.

Ahora, optan por raptar a personas de clase media – baja, que incluye a comerciantes o taxistas. Por ellas, piden entre USD 20 000 o cantidades menores, que se les hace fácil a las familias completar y cancelar. Y en esas negociaciones, según Santamaría, se amenaza a los parientes para que suelten sumas de dinero bajas a cambio de no golpear a la víctima.

La intervención de la UNASE ha permitido de enero a septiembre de 2024 la captura de 221 sospechosos en Guayaquil, Durán y Samborondón. También ha evitado el pago de USD 13 518 000 en total, por todos los casos resueltos.

A nivel nacional en cambio, se han resuelto 821 casos según el Bloque de Seguridad. Esto de las 1 885 denuncias contabilizadas por la Policía entre enero y julio de este año. (Ver cuadro)

¿Quiénes son las víctimas?

En estos denominados secuestros de oportunidad, las víctimas en un 90 % son taxistas informales según la UNASE. Personas que deciden aceptar carreras mediante aplicaciones móviles o en la calle, y acceden ir a zonas alejadas como el noroeste entre las 23h00 y 23h30. A ellos por ejemplo, les exigen cantidades mínimas como USD 500 y les roban los vehículos.

Así mismo, López indicó que se han reportado casos de personas en carros de alta gama que se han topado con los delincuentes en el camino y han sido interceptados y raptados. Estos secuestros, según los uniformados, no suelen ser por un tiempo mayor a 24 horas.

Un caso reciente de este denominado 'secuestro de oportunidad' ocurrió el jueves 26 de septiembre en el sector Las Casas en el noroccidente de Quito. Una joven salió de su casa para recibir un supuesto regalo, cuando el supuesto repartidor la tomó del brazo y con un cómplice, la metió a la fuerza a un vehículo negro. La víctima fue posteriormente liberada en Chillogallo, en el sur de la capital.

¿Quiénes son los secuestradores?

La UNASE también detectó el 70 % de los sospechosos que encuentran custodiando a las víctimas son menores de edad de entre 13 y 18 años, que han sido reclutados por las bandas. Estos adolescentes por ejemplo, cumplen distintos roles.

Algunos son usados por las mafias para captar a sus víctimas y otros, los encargados de tenerlas en cautiverio, de darles comida, etc. El jefe de Nueva Prosperina indicó que algunas organizaciones narcocriminales pagan una especie de sueldo mensual a los jóvenes para captarlos de USD 4 000 aproximadamente.

“Qué esperamos de ese menor de edad que hoy en día, es parte de una organización delictiva y que gana USD 4 000 mensuales. Por más Estado fuerte que tengamos, no se va a poder competir con ese sueldo”. Roberto Santamaría, jefe de Nueva Prosperina

De hecho, según el Consejo de la Judicatura, de enero a agosto de 2024, se ingresaron 92 causas por secuestro, en el que han estado inmersos menores de edad.

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