Ecuador debe prepararse para tener más sequías prolongadas como la actual

Hace una semana el presidente Daniel Noboa dijo que se reduciría el tiempo de cortes de luz progresivamente. Sin embargo, esa promesa duró solo cuatro días. Desde ayer, viernes 25 de octubre, los apagones casi se duplicaron, pasaron de ocho a 14 horas. La principal razón es que la sequía se ha profundizado, por las altas temperaturas.

En zonas de la Amazonía y la Costa, el calor puede llegar incluso a los 35 grados centígrados y en la Sierra, a los 27. El incremento de la temperatura se debe al bajo contenido de humedad en el ambiente y a la circulación de masas de aire seca que impiden la generación de lluvias.

Aunque los expertos dicen que es usual que haya sequías entre agosto y octubre, lo grave es que esta se ha extendido por más tiempo de lo habitual, con mayor intensidad y sin posibilidades de predicción, por parte de los meteorólogos.

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El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) en las últimas dos semanas mantiene activa una advertencia por altas temperaturas en casi todo el país hasta el próximo domingo 27 de octubre de 2024.

De hecho, ayer, 25 de octubre de 2024, se registró un nuevo récord de temperatura máxima de los últimos 19 años, en Pichincha. En otras provincias de Ecuador el calor también fue extremo, en Orellana, cantón Coca, casi llega a los 40 °C.

Javier Macas, técnico de pronósticos del Inamhi, explica que es normal que haya un comportamiento de altas temperaturas durante el día y lluvias entre la tarde y noche en octubre. De hecho, ese fue el panorama de las primeras semanas de este mes.

El problema radica en que cada vez la sequía dura más tiempo y las precipitaciones son más escasas. En agosto y septiembre las altas temperaturas se presentaron casi todo el tiempo, con chubascos aislados.

Según Macas, los datos históricos muestran un aumento progresivo cada año. Recuerda que hasta 2014, los pronósticos en Quito llegaban como máximo a los 26 °C, pero ahora ya hay zonas que alcanza los 29 °C.

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Lo mismo pasa con las lluvias, antes, en meses como enero era común que se presenten entre 15 y 17 días de lluvias significativas, ahora llegan a los siete o nueve.

Una de las zonas más afectadas es el sur del país, donde están seis de las hiroeléctricas más importantes, ahí la sequía hidrológica ya lleva 105 días.

Cada vez el planeta está más caliente y la principal razón son las actividades humanas relacionadas con la quema de combustibles fósiles que genera emisiones de gases de efecto invernadero.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) explica este problema como una manta que se genera por los gases emitidos al usar autos, prender carbón para ciertas industrias o encender generadores eléctricos que funcionan con Diesel. El ambiente se calienta y en la Tierra queda atrapado el calor del sol, elevando las temperaturas.

La preocupación es que los ecosistemas, que normalmente atrapan el dióxido de carbono para evitar el calentamiento, van perdiendo su efecto.

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Verónica Arias, experta en Derecho Ambiental, explica que los científicos han calificado a esta era como antropogénica, eso significa que el clima cambia por acción del ser humano y no por efectos naturales.

"A todos los países les afecta de alguna manera", explica Arias, planteando que los fenómenos se intensifican, por ejemplo, huracanes más devastadores o inundaciones nunca antes vistas.

Es decir, es un problema a escala global, no particularmente de Ecuador. Sin embargo, Ivonne Yanez, cofundadora de Acción Ecológica, dice que la ubicación geográfica del país hace que se caliente mucho más rápido que en otras zonas, lo mismo pasa en países de África.

En 2023, Ecuador ya vivió la sequía y los racionamientos de agua y luz. Y ahora, en 2024, vuelve a repetirse pero con mayor intensidad.

Verónica Arias dice que es complejo predecir el futuro y el comportamiento de la naturaleza, así como de las industrias y el ser humano, pero los científicos están seguros de que los fenómenos provocarán más daños.

Ivonne Yanez explica que en Ecuador no solo que podría aumentar la temperatura progresivamente, sino que la escasez de agua se haría cada vez más notoria, sobre todo en la urbanidad, porque en la ruralidad ya es un problema actual.

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Por su parte, Javier Macas, dice que el calentamiento del planeta será muy complejo frenar y que las estacionalidades secas serán más severas.