24 días de campaña sucia y nuevas ofertas

La campaña electoral para la segunda vuelta está por terminar. Andrés Arauz y Guillermo Lasso se disputan la presidencia de la República y han hecho de todo para convencer a los 4,4 millones de personas que no votaron por ellos en la primera vuelta y a los que piensan dejar en blanco o anular.

Pero ha sido una campaña sucia, llena de acusaciones, noticias falsas y violencia. Además, de la búsqueda desesperada de alianzas y nuevas ofertas.

Campaña sucia

En estos 24 días de proselitismo las agresiones llegaron lejos. Lasso y Arauz se enfrentaron en el debate presidencial donde se acusaron.

Arauz a Lasso por banquero y por supuestamente ser parte del gobierno de Lenin Moreno.

Lasso a Arauz por pertenecer a la línea de Rafael Correa y el socialismo del siglo XXI, por todo el peso del correísmo incluido, actos de corrupción y el gobierno de Moreno.

Lasso posicionó la frase Andrés no mientas otra vez, que se volvió parte de canciones y memes.

El 26 de marzo, saltó el escándalo de que Andrés Arauz fue empleado del Banco Central del Ecuador por 10 años, hasta mayo de 2021 cuando vendió su renuncia por USD 27.583. Cuando Arauz se justificó en twitter borró el mensaje y ese error le costó caro. Le revisaron los tweets pasados y le hicieron la maldita hemeroteca mostrando mensajes en contra de la dolarización, agrediendo a las mujeres amas de casa y respaldando con cariño a Lenin Moreno.

A los pocos días salió un video para posicionar que Lasso es el que empuja la silla de Moreno.

Además, se usaron a los migrantes venezolanos que viven en condiciones de pobreza en el país mostrando carteles en los que piden que los ecuatorianos “voten bien”.

Luego se dijo de que la mamá del candidato correísta tenía un RUC de betunera y que Guillermo Lasso tenía propiedades en Florida.

Y finalmente, publicaron un video para afectar a la banca ecuatoriana que fue replicado por el expresidente, Rafael Correa.

Los dos candidatos se dedicaron mensajes para deslegitimarse y también, rechazaron la campaña sucia pero las acciones y actores digitales reales y falsos mostraron que son capaces de todo.

Según un reporte de minería de datos del técnico Marcel Ramírez, el 78% de las publicaciones en redes fueron de noticias falsas y ataques entre candidatos y apenas 22% fueron mensajes conteniendo planes de gobierno.

El politólogo, Santiago Basabe, cree que la campaña sucia hace que el electorado crea en las noticias falsas y no pueda saber las verdaderas ofertas de campaña de los candidatos que se disputan la segunda vuelta.

Lo ofrecieron casi todo

Durante la primera vuelta Guillermo Lasso perdió 8,85% y Andrés Arauz 6,64% en comparación a las elecciones del 2017. Eso hizo que los dos cambien la estrategia para la final.

El candidato del correismo, viajó por varias provincias buscando comunicar sus propuestas, eligió más días para ir a las provincias amazónicas y el sur de Quito.

Andrés Arauz dejó de hablar de los USD 1000 dólares para mil familias y promocionó el #AlivioAhora que se refiere a bajar las tasas de interés de los créditos y tarjetas para reactivar la economía.

Además, prometió contratar a 6000 médicos para luchar contra la pandemia de Covid 19. Por otro lado, se ha mantenido crítico a las acciones del gobierno de Moreno y le dedicó a Rafael Correa un feliz cumpleaños.

Se reunió con la mujeres e hizo un acuerdo por el medio ambiente. Tuvo el apoyo de los indígenas evangélicos y los estudiantes universitarios de la FEUE y los becarios postgradistas. Además, buscó el apoyo de los trabajadores y mineros y mostró simpatía por los grupos LGBTI.

Andrés Arauz, también, quiso ser más simpático mostrándose en redes sociales con jóvenes, en el mercado, tocando acordeón con don Medardo y sus Players, conversando con una actriz y un Youtuber. Además. jugando futbol con algunos jugadores de la selección del Ecuador, que consiguió el primer pase a un mundial en 2002.

Guillermo Lasso cambió de imagen y con el slogan el Ecuador del encuentro se dedicó a escuchar a la gente. Recorrió todo el país y centró gran parte de sus promesas al sector rural y los agricultores.

- Fondo Semilla: apoyo a emprendimientos

- Plan de Equidad Rural: inversión en el campo

- Apertura al mundo: Tratados de libre comercio

El candidato Lasso dejó su postura religiosa, por la que siempre fue criticado, para dar un paso hacia la lucha de las mujeres. Firmó un acuerdo para erradicar la violencia de género y dijo que respetará si se decide legalizar el aborto en casos de violación. Mostró simpatía con los grupos LGBTI. Lasso, se unió a la defensa del medio ambiente y también se reunió con los jóvenes y emprededores.

Además, en redes sociales, se lo vio haciendo Tik Toks, con los zapatos rojos, con influencers, YouTubers, deportistas ecuatorianos como la ajedrecista, Carla Heredia y el equipo de futbol femenino “Las Ñañas”. Lasso estuvo cocinando y mostrando a su familia y al final, un mensaje pidiendo que los ecuatorianos le den la oportunidad.

Pero hubo un tema del que casi no hablaron ninguno de los dos candidatos: la lucha contra la corrupción.

Respaldos políticos

Guillermo Lasso, convenció a ocho candidatos de primera vuelta, con el objetivo de que el correísmo no vuelva. Xavier Hervas de la Izquierda Democrática, Lucio Gutierrez de PSP, Pedro José Freile de Amigo, César Montúfar de la alianza Partido Socialista, Gustavo Larrea de Democracia Si, Guillermo Celi de Suma, Paul Carrasco de Juntos podemos y Giovanny Andrade de Unión Ecuatoriana.

Andrés Arauz tuvo el respaldo de Isidro Romero de Avanza y Ximena Peña de Alianza PAIS, y el respaldo de Jaime Vargas de la CONAIE que luego fue duramente criticado por el movimiento indígena y de hecho, Vargas fue separado de Pachakutik.

Yaku Pérez y Pachakutik se mantienen en el voto nulo.

Nunca se supo la posición de Gerson Almeida de Ecuatoriano Unido, Juan Fernando Velasco del Movimiento Construye y Carlos Sagnay de la Bastida de Fuerza Ecuador, aunque su líder, Abdalá Bucarám mostró su simpatía por Andrés Arauz.

Según los analistas los votos no se endosan pero eso lo sabremos cuando se cierren las urnas y se acabe el escrutinio.