La barcaza de generación eléctrica, que llegó a Ecuador, abastecerá un 3 % de la demanda nacional

El pasado estiaje dejó la lección de que, si no se toman las acciones preventivas, los apagones volverán a ser parte de la cotidianidad de los ecuatorianos. Ahora, a vísperas de la sequía, que tomará fuerza en septiembre, comienzan a materializarse las primeras medidas para evitarlo.

Una de ellas es la contratación de una barcaza energética que ya está en aguas ecuatorianas, en la provincia de Santa Elena, y que en los próximos días llegará a Guayas, al sector de Las Esclusas.

Sin embargo, el garantizar el suministro de energía en los hogares no solo depende de la barcaza, también hay otros procesos de compras públicas para la generación eléctrica; así como influyen factores climáticos.

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¿Qué tan probable es que se repitan los apagones en Ecuador?

En abril de 2024, cuando los embalses de las hidroeléctricas del sur del país se secaron, el ministro de Energía que estaba encargado en ese momento, Roberto Luque, hablaba de una deficiencia energética de unos 1 000 megavatios, lo que equivale a aproximadamente el 20 % de la demanda nacional.

Si ese escenario volvería a repetirse en septiembre, la contratación de la barcaza significaría suplir un 10 % del déficit, porque provee 110 megavatios. El jefe del Departamento de Energía Eléctrica de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), Hugo Arcos, compara con el estiaje del año anterior, en octubre de 2023, y explica que con la barcaza solo se podrá atender un 3 % de la demanda.

El Colegio Regional de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Litoral (CRIEEL) proyecta un incremento de la demanda energética, tomando en cuenta el comportamiento histórico. Eso significa que el porcentaje que abastece la barcaza puede ser aún menor.

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Sin embargo, todavía es incierta la cantidad de energía que el país podrá producir de manera convencional, porque depende de las lluvias que se presenten.

El costo del alquiler del barco generador es de USD 115 millones por un año y medio de operaciones. Se trata de un buque de carga general, con longitud total de 178,6 metros y alto de 25,99 metros.

El viceministro de Electricidad y Energía Renovable, Rafael Quintero, explicó que la empresa que ofrece el servicio, Karpowership, tiene 10 días a partir del 1 de agosto, fecha en la que se firmó el contrato, para entregar las garantías y anticipos. Además, dispone de 30 días para poner en marcha la operación, aunque la compañía turca ha ofrecido comenzar antes, según dijo el funcionario.

Tiene un sistema de anclaje propio, lo que facilita la conexión del sistema; de hecho, según las autoridades, esa es una de las razones por las que se eligió ese buque, porque implementar desde el puerto sería más costoso.

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Cuando esté inmovilizada, la barcaza tendrá que conectarse a una línea de transmisión de 200 metros sobre el Río Guayas y otros 260 metros en tierra hasta la Subestación Las Esclusas de Transelectric.

El ministro de Energía y Minas, Antonio Goncalves, informó el 3 de agosto que ya se contrataron 250 megavatios, que incluyen el arrendamiento de la generación en el buque, pero también en tierra, en Quevedo y Salitral.

A la par, también se lanzó un proceso de emergencia para la adquisición, instalación y puesta en marcha de generadores termoeléctricos terrestres que generen entre 90 y 150 megavatios. Los participantes podían entregar la propuesta hasta el 1 de julio de 2024.

Hugo Arcos dice que lo único concreto que se tiene para enfrentar la crisis es la barcaza, porque lo demás tomará aproximadamente seis meses en implementarse, es decir, probablemente cuando termine el estiaje. Explica que la alternativa para atender la crisis seguirá siendo la compra de energía cara a Colombia, que el año anterior abasteció un 6 % de la demanda nacional.

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Javier Macas, técnico de pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), explica que ya llegó la época seca y que podría intensificarse en septiembre, sin embargo, aclara que el pronóstico para este año es más favorable que el anterior.

Una de las razones es la presencia del fenómeno de La Niña que provoca sequía en el Litoral, pero por la diferencia de presiones, podrpia provocar más lluvias en la Amazonía, zona donde se encuentran las hidroeléctricas.