Con el flechazo, en unos instantes, Cupido tiene acceso al cerebro, y no al corazón.
Un choque amoroso libera moléculas químicas euforizantes. Para los científicos, es biológico: señales visuales, acústicas, olfativas y hormonales. Para los psicólogos, es una "colusión inconsciente".
Con el flechazo, en unos instantes, Cupido tiene acceso al cerebro, y no al corazón. Revíselo en la siguiente videografía:
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