26 jun 2014 , 11:13

Tras 68 años de amor, murieron con diez horas de diferencia

   

George y Dorothy fallecieron repentinamente a los 91 y 92 años en las afueras de Manchester.

"Estuvieron casados durante 68 años y estaban todo el tiempo juntos. Nunca pasaron un día separados", contó Paul Doughty, su hijo, según informa Manchester Evening News.

 

Poco después de comenzada la Segunda Guerra Mundial, Dorothy se casó con Victor. Sólo habían pasado algunos días desde la noche de bodas cuando fue convocado para combatir en el ejército británico.

 

Cuatro meses después del casamiento, Victor murió. Dorothy era viuda con sólo 20 años.

 

Entonces lo conoció a George, que era amigo y compañero de regimiento de su marido. El primer contacto fue la carta que él redactó para comunicarle la noticia del fallecimiento y darle sus condolencias.

 

Tras un breve intercambio postal, decidieron conocerse cuando George regresara. El encuentro se produjo en la estación de tren Manchester Piccadilly. Para identificarse, él llevaba un diario, y ella, una rosa.

 

La conexión fue casi inmediata y juntos se apoyaron para soportar los pesares que había dejado la guerra. Tras pocos meses de noviazgo, se casaron en 1946.

 

"Eran perfectos, el mejor ejemplo de dos personas juntas. Mucha gente se rinde en las relaciones de hoy. Ellos pasaron momentos difíciles, pero afortunadamente muchos buenos también. Los vamos a extrañar mucho", dijo Paul.

 

En sus 68 años de matrimonio tuvieron dos hijos, Allan y Paul; cinco nietos, Stuart, Mark, Rachel, Andrew y Adelle; y dos bisnietas, Charlotte y Mabel.

 

Unas semanas antes de la muerte de Dorothy, George fue internado por una infección pulmonar. Su estado no era bueno y es muy probable que la angustia por lo que pudiera pasar hayan terminado provocando el infarto que la mató. Tenía 92 años.

 

Al enterarse de lo que había ocurrido con su esposa, George sintió que ya no tenía mucho sentido su presencia en este mundo. Habían transcurrido sólo diez horas cuando murió, a los 91 años.

 

En el funeral, que se realizó la semana pasada en la iglesia St James de Ashton-under-Lyne, los dos ataúdes estaban lado a lado. El de ella tenía un diario encima. El de él, una rosa.

 

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