Dejó las pasarelas para servir a Dios: Dayana Mendoza, la ex Miss Universo que ahora predica en una iglesia de Estados Unidos
La exmodelo venezolana de 37 años encontró un nuevo propósito y permitió que Dios lleve las riendas de su vida para encontrar el "camino correcto".
La vida de una reina de belleza está llena de glamour, fama y podrá ser un estilo de vida que muchas mujeres anhelan, pero una vez que lo obtienen no es siempre como esperaban. Este fue el caso de Dayana Mendoza, Miss Universo 2008, que dejó a un lado las pasarelas para entregar su vida a Dios.
La exmodelo venezolana de 37 años era considerada una de las mujeres más bellas del mundo al obtener dicho título mientras representaba a su país, pero esto no fue suficiente y sumando los momentos de tensión con algunas decepciones en varios aspectos de su vida, optó por seguir un camino más tranquilo.
Dayana llegó a un punto en el que sintió que su vida 'se vino abajo' y por eso decidió perdirle ayuda a Dios para que la guíe ante las adversidades.
“Mi matrimonio fracasa, mi carrera de modelo no me llenaba y no me identifica, no nada, estaba desesperada, nada salía bien, fue cuando me arrodillé, me rendí y le pedí a Dios que tomará el control y vi la mano poderosa guiándome, ayudándome y encontrando el camino correcto”.
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La exactriz sintió que fue una revelación haber escuchado a un pastor de la iglesia cristiana y sintió que lo que predicaba era un mensaje especial para ella que llegó en el momento que más lo necesitaba. Esto la llenó de paz y así empezó a considerar que su vida estaba tomando un nuevo rumbo después de la 'tormenta', iniciando así su nueva vocación.
“Y escucho al pastor y era como que lo primero que estaba diciendo, era como que si Dios me lo estuviera diciendo a mí. Como que me estaba respondiendo preguntas que yo tenía ahí mismo. Empecé a sentir una paz, mi casa cambió”.
Dayana considera que Cristo se encargó de llevar todas sus cargas para poder poder seguir adelante. Ahora asegura sentirse protegida porque ya no está sola: "No se puede explicar, no es que los problemas se vayan, pero ya tenía a Cristo conmigo. Llevaba la carga”, afirmó.
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