28 nov 2014 , 10:01

¿Es verdad que los hombres prefieren el azul y las mujeres el rosa?

Varios estudios han investigado las preferencias de color de diferentes grupos de edad.

   
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¿Qué hay de cierto en la idea de que los hombres prefieren el azul y las mujeres el rosa? La BBC ha indagado en la cuestión y te muestra las conclusiones.   Es fácil encontrar la sección de ropa para niñas en cualquier tienda, porque suele predominar el rosa.   Hay padres que insisten en que querrían que sus hijas vistieran otro color, pero parece que el rosado sigue teniendo un atractivo irresistible.   ¿Pero es esto cierto? ¿Es inevitable que las niñas al crecer prefieran el rosa?   Varios estudios han investigado las preferencias de color de diferentes grupos de edad.   La mayoría concluye que los bebés y niños en general sienten atracción por los colores primarios como el rojo y el azul.   El rosa no se sitúa muy arriba en la lista de colores predilectos, aunque es más popular que marrón y el gris.   Siempre azul Algunas investigaciones han visto que en este grupo concreto de edad el favorito es el azul, tanto para un género como para el otro.   En 2007, unos investigadores de la Universidad de Newcastle, Reino Unido, se centraron en los adultos y les preguntaron por su color preferido.   ¿Escogieron las mujeres el rosa? ¿Quizá el rojo?   No. El color que ambos géneros favorecieron fue de nuevo el azul.   Sin embargo, las mujeres, en promedio, calificaron los tonos rojizos mejor que los hombres.   Para encontrar una explicación, los autores del estudio se remontaron a la prehistoria, cuando los hombres salían a cazar y las mujeres recolectaban frutos.   Y especularon sobre que esa función hizo que las mujeres estén hoy más en sintonía con el rojo, el color de las bayas.   Sin embargo, sigue sin estar claro cómo esto pudo influir en los gustos.   Quizá esa tarea ancestral hiciera a las mujeres más hábiles a la hora de distinguir tonos de rojo, pero algo falla en ese razonamiento.   Si algunas bayas son deliciosas y otras peligrosas, ¿cómo es posible que hoy sea el rojo el color favorito de las mujeres?   Además, si esa preferencia fuera fruto de la evolución, debería ser universal.   Pero un estudio llevado a cabo el pasado año entre los indígenas himba en Namibia concluyó que las mujeres de la etnia no se inclinaban por los tonos rojizos.   Gustos predeterminados Las normas culturales también pueden modelar las preferencias en cuanto a colores.   En las culturas en las que el rosa se considera apropiado para las niñas y el azul para los niños, estos mismos se acostumbran a la idea desde que nacen, ya que visten y viven rodeados del correspondiente color.   Así que es difícil saber si una preferencia expresada más adelante por alguno de estos colores está predeterminada o no.   Ante esto, un estudio de 2011 trató de llegar más allá.   Los investigadores mostraron a niños y niñas de un año un par de objetos idénticos, como brazaletes o cajas de dulces, pero uno rosa y otro de cualquier otro color.   Y vieron que escogían igualmente los objetos rosas como los de otro color.   Sin embargo, con aquellos que ya habían cumplido los dos años ocurría lo siguiente: las niñas comenzaban a preferir el rosa y los niños a rechazarlo.   Esa es la edad precisa en la que los niños toman conciencia de su género, a hablar de ello e incluso a buscar a su alrededor aquello que los define como niñas o como niños.   Sesgos Otra investigación desarrollada con niños entre 3 y 5 años demostró también la posibilidad de sesgar la inclinación por un color o por otro.   Divididos en dos grupos, los niños de una guardería vistieron durante tres semanas una camiseta roja o azul.   Al cabo de ese tiempo vieron que a los niños les gustaba todo lo relacionado con el color correspondiente a su grupo.   Y eso en solo tres semanas.   Mismo niño, diferente color Hay estudios que han puesto sobre la mesa la cuestión de cómo los colores que visten los niños influye en la manera en que los adultos los tratan.   En esa línea, una conocida investigación demostró que unas mujeres trataban de forma diferente a los mismos bebés si vestían rosa o azul.   Si llevaban ropa azul asumían que eran niños, así que optaban por juegos más físicos y los animaban a jugar con un martillo de goma.   A su vez, cuando vestían de rosa tendían a tratarlos con suavidad y escogían una muñeca para jugar con ellos.   ¿Rosa para niños? Las normas culturales también pueden modelar las preferencias en cuanto a colores.             ¿Y qué hay de la idea de que hace un siglo eran los niños los que vestían de rosa y que ese color sea para niñas es una moda reciente?   Parece más bien un mito.   El psicólogo y escritor Christian Jarrett explica en su nuevo libro, Los Grandes Mitos del Cerebro (Great Myths of the Brain, por su título original en inglés), cómo el terapeuta italiano Marco Del Giudice investigó en qué momento y por qué cambiamos de idea.   Y solo pudo encontrar en algunas revistas cuatro comentarios respecto al tema. Según dos de estos, en algún momento el azul y el rosa fueron accidentalmente cambiados.   Sin embargo, cuando buscó en las bases de datos de cinco millones de libros publicados en inglés, tanto británicos como estadounidensse, entre los años 1800 y 2000, no encontró mención alguna al "rosa para niños".   Aunque vio que las alusiones al "rosa de niñas" eran cada vez más frecuentes a partir de 1890.   Contraproducente La asociación del rosa con la feminidad puede incluso ser contraproducente.   Ese es el color que se emplea generalmente en las campañas sobre el cáncer de pecho.   Sin embargo, investigadores de la Erasmus University de Rotterdam, en Holanda, descubrieron que cuando las mujeres veían anuncios en los que predominaba el rosa tendían menos a pensar que habían contraído la enfermedad.   Incluso afectaba a la cantidad de donaciones a organizaciones que combaten en cáncer de mama.   Según los expertos, esto se debía a que, al recordárseles su género tan abiertamente, sentían una amenaza personal y ponían en marcha mecanismos de negación.   Rosa útil Pero hay al menos una manera en la que el rosa puede ser útil tanto para hombres como para mujeres.   En 2002 unos investigadores suizos deseaban saber cómo afecta el color a las tasas de respuesta de los sondeos.   Tras llevar a cabo una investigación en ese sentido, vieron que el hecho de imprimir los cuestionarios en papel de un color u otro no marcaba ninguna diferencia.   A no ser que el papel fuera rosa.   En ese caso, un 12% más de gente rellenaba los cuestionarios.   Así que parece que los colores influyen en nuestro comportamiento mucho más de lo que creemos.    

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