"¿Quién mejor que un gladiador para enfrentarse al diablo en igualdad de condiciones?", bromeó uno de los productores de la película The Pope's Exorcist ("El exorcista del Papa") recién estrenada.
El productor Michael Patrick Kaczmarek hacía alusión al protagonista de esa película, el actor Russell Crowe, conocido por su papel estelar en el filme "Gladiador" de 2000 por el cual ganó un Oscar.
Pero "El exorcista del Papa" está basada en los encuentros con "el demonio de la vida real" del sacerdote católico Gabriele Amorth, principal exorcista del Vaticano desde 1986 hasta su muerte en 2016.
Amorth afirmó haber realizado más de 60.000 ritos de exorcismo, escribió decenas de libros al respecto y fundó la Asociación Internacional de Exorcistas. En uno de sus textos, "El último exorcista", comparó el ritual con una batalla.
Mientras el gladiador de la Antigua Roma se protegía con armadura y empuñaba una espada corta de doble filo (gladius) o una lanza y tridente, el exorcista se enfrenta al demonio vestido con una estola púrpura y armado de agua bendita para rociar a los poseídos y aceite sagrado para untarles la señal de la cruz en la frente.
Sin embargo, este cura de cara apacible, que de niño hacía travesuras durante la misa y siguió estudios laicos, nunca imaginó que terminaría siendo designado por la iglesia como un guerrero de Jesucristo contra la acción de Satanás.