La cantante acusó de bullying al productor Scooter Braun.
Justin Bieber acusó el domingo a Taylor Swift de "cruzar la línea" después de que reavivara la larga disputa entre ambos, al atacar al representante del cantante por comprar los derechos de gran parte del catálogo multiplatino de ella.
Swift dijo que por años sufrió de una "intimidación manipuladora" por parte de Scooter Braun, un poderoso industrial, cuya empresa Ithaca Holdings, compró recientemente Big Machine Label Group, que produjo los primeros siete álbumes de Swift.
"Esencialmente, mi legado musical está a punto de caer en manos de alguien que trató de desmantelarlo", escribió Swift, reclamando que nunca le habían dado la oportunidad de comprar los derechos de su catálogo, que incluye "Fearless" y "1989".
"Nunca en mi peor pesadilla imaginé que el comprador sería Scooter", escribió el domingo, añadiendo que esto es algo "triste y asqueroso".
La superestrella canadiense Bieber recurrió a Instagram para defender a Braun, quien también representa a Ariana Grande y ha trabajado con Kanye West, otro artista que en el pasado se enemistó con Swift.
"No es justo que lo lleves a las redes sociales y consigas que la gente odie a Scooter", escribió Bieber en un post junto a una vieja fotografía en la que aparece con Swift en los días en los que empezaban a crecer juntos como superestrellas del pop.
"Me parece que fue para conseguir simpatía y también sabías que con ese post tus seguidores acosarían a Scooter".
La enorme presencia de Swift en las redes sociales está respaldada por legiones de fieles fanáticos, conocidos como "Swifties", que frecuentemente acosan a los que creen que se burlan de ella.
"Creo que la única manera de resolver el conflicto es a través de la comunicación", escribió Bieber.
"Así que no creo que este ir y venir en internet resuelva algo".
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