Elecciones Ecuador 2023: la consulta del Chocó Andino tiene cuatro preguntas que pueden generar confusión en el votante

Los habitantes del Distrito Metropolitano de Quito, que suman dos millones de electores, recibirán una papeleta adicional a la del resto del país en las elecciones del domingo 20 de agosto de 2023. Además de votar por Presidente y Vicepresidente de la República, asambleístas y la consulta popular sobre el Yasuní, los capitalinos tendrán también otra consulta ambiental, sobre el Chocó Andino.

Es decir, los ecuatorianos tendrán la posibilidad de decidir que se permita o no la explotación minera en esa zona biodiversa del noroccidente del cantón. Lo curioso es que esa consulta se dividirá en cuatro preguntas.

En la primera de ellas, al elector se le preguntará "si está o no de acuerdo con que se prohíba la explotación minera metálica a escala artesanal dentro del área de importancia ecológica, cultural y de desarrollo productivo sostenible, conformada por los territorios de las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto que conforman la comunidad del Chocó Andino".

La pregunta dos es similar a la primera, pero especifica la actividad minera a pequeña escala. La tercera habla de minera a mediana escala y la cuarta sobre esta actividad a gran escala.

El exmagistrado constitucional y activista de Yasunidos, Ramiro Ávila, explica que esta consulta tiene cuatro preguntas porque el tema de la minería contempla varias dimensiones económicas, ambientales y de territorio. Por ello, los electores no se sentirían cómodos al momento de decidir entre una sola pregunta, como ocurre con la consulta del Yasuní.

"Puede haber un elector que tolere cierto tipo de minería y diga que no en la primera pregunta; pero esa misma persona puede estar totalmente en contra de la minería a gran escala y votar Sí", aclaró Ávila.

La Corte Constitucional permitió un hecho similar en 2021, cuando en Azuay fueron cinco las preguntas correspondientes a la explotación minera.

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Al ser cuatro casilleros, los ciudadanos podrían responder SÍ o No indistintamente en cada pregunta, dependiendo su interés en los tipos de explotación minera.

Sin embargo, dice el jurista Ávila, la pregunta más importante podría ser la número 4, pues es la que busca prohibir la minería en gran escala, lo que comprometería el modo de trabajo de las grandes industrias mineras.

Pese a que se trata de varias preguntas, la campaña de los distintos colectivos mantienen en una sola estrategia. Es decir, votar "en plancha" SÍ o No.

La razón es que, tanto los grupos ambientalistas como la industria productiva aseguran que una posible fragmentación en las respuestas podría dar paso a que ingrese la minería ilegal, aprovechando, por ejemplo, la posibilidad de actividades artesanales, pequeñas o medianas.

La presidenta de la Cámara de Minería del Ecuador, María Eulalia Silva, explica que en la zona del Chocó existen 12 proyectos de exploración minera que, además de generar riqueza para el Estado, permitirían la creación de centenares de plazas de empleo, acceso a la educación, salud y desarrolló tecnológico.

Ella está por el voto del No porque "si quitamos la industria minera, los habitantes de las 65 parroquias del Chocó se verán tentados a realizar actividades ilegales e informales para poder subsistir". La vocera de la Cámara de Minería además recuerda que "en Zamora Chinchipe tenemos dos mineras a gran escala y solo ahí la tasa de pobreza bajó en 13 puntos en menos de 4 años".

Teolinda Calle, representante del colectivo Quito Sin Minería, asegura que en Pacto ya hay antecedentes de explotación minera y tala informal, por lo que sin importar cuál sea el resultado de la consulta popular, es poco probable que la minería ilegal desaparezca de la zona del Choco.

"Hemos combatido la minería ilegal todo el tiempo y dudo mucho que las mismas empresas mineras se encarguen de parar con esta problemática", dijo Calle.

Sin embargo, la activista sostiene que uno de los mecanismos para "dar un cambio en la lucha", subraya, sería votar positivamente en todas las preguntas. Calle subraya, además, que el área del Chocó Andino no debería explotarse porque es considerado una reserva de biosfera igual que Galápagos, "pero dudo mucho que alguien tan solo se atreva a pensar en explotar alguna parte de las islas", concluyó.

El Chocó Andino fue declarado en 2018 como reserva de la biosfera por la UNESCO. En su haber, el Chocó tiene una extensión de 286 mil hectáreas, el 30% del territorio de la provincia de Pichincha.

Las parroquias más comprometidas con Nanegal, Pacto, Gualea, Calacalí, Nono y Nanegalito, que comprenden 12 tipos de bosques y el mayor habitad de aves exóticas del mundo.

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