Don Alfonso: su faceta de vendedor de fideos, en Ibarra, cuando tenía 19 años
Antes de incursionar en el mundo de la radio y la televisión, Alfonso Espinosa de los Monteros trabajó como vendedor de comestibles.
Desde niño, Alfonso Espinosa de los Monteros sintió una fuerte conexión con el mundo de la radio por influencia de su padre, quien era locutor. Cuando tenía 11 años, Diario EL COMERCIO publicó un artículo escrito por él sobre una excursión que hizo al volcán Imbabura junto a sus compañeros de la escuela, lo cual reafirmó su vocación por el periodismo.
A los 17, trabajó como locutor en la radio CRI de Ibarra. A los 19, se fue a trabajar en Guayaquil en otra emisora y le iba bastante bien. Le pagaban 300 sucres mensuales, pero tenía que graduarse del colegio y no pudo quedarse en el Puerto Principal.
Sus padres le dijeron que la prioridad era terminar la secundaria y luego de eso podía tomar la decisión que quisiera. Tras regresar a Ibarra, el joven Alfonso se propuso graduarse y conseguir un empleo.
Un amigo tenía una pequeña fábrica de fideos y con él comenzó a vender esos productos en tiendas de abarrotes y mercados. A pie recorría las calles de esa ciudad cargando esos productos en una bolsa sobre el hombro, ofreciéndolos en los locales. También se iba a Otavalo, Atuntaqui, Tulcán, Bolívar en Carchi, San Gabriel, Huaca y llegó hasta Colombia.
"Al principio me daba vergüenza, mis amigos, pero necesitaba el dinero y me dije que luego lo demás saldrá", recuerda Espinosa de los Monteros en una entrevista con Ecuavisa.com.
Admite que le iba bien como comerciante. "Si mi amigo me hubiera ayudado con un carro para trasladar esos productos, posiblemente me hubiera quedado como empresario dedicado a la venta de fideos", cuenta en tono de broma.
Los sábados madrugaba, a las 05:00, y en Flota Imbabura se trasladaba al Carchi para distribuir los comestibles. A inicios de los años 60, las vías eran empedradas y los viajes se demoraban el doble de tiempo que ahora. Los ayudantes de los camiones no le ayudaban a cargar los fideos en los vehículos, por lo que don Alf lo hacía por su cuenta y así recorría los poblados.
Incluso caminó por chaquiñanes con una bolsa de productos sobre el hombro. "Pocas veces pasé a Ipiales (Colombia), porque allí me di cuenta que también se vendía bastante". Regresaba a Ibarra los domingos, a las 20:00, tras recorrer varios poblados del Carchi vendiendo fideos.
Luego apareció la oportunidad de trabajar en una radio y se acabó la faceta de vendedor.
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