09 oct 2024 , 14:31

Un llamado de atención a la afición ecuatoriana

Los cantos homofóbicos persisten en los estadios de Ecuador y por eso la FEF acaba de ser sancionada.

   
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La reciente sanción impuesta por la FIFA a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) por cánticos homofóbicos entonados por aficionados durante un partido de eliminatorias sudamericanas ha vuelto a poner sobre la mesa un problema persistente en el fútbol: la discriminación en los estadios.

Esta vez, los reproches de la máxima autoridad del fútbol mundial llegan tras el encuentro en el que Ecuador se enfrentó a Perú y celebró una victoria crucial.

La multa de 23.000 dólares y la clausura parcial del estadio, afectado más de 6.200 asientos para el próximo encuentro, son medidas que buscan combatir un comportamiento que, lejos de ser esporádico, parece arraigado en ciertos sectores de la afición ecuatoriana.

Los cánticos, denunciados por el capitán peruano Renato Tapia, no solo manchan la imagen del deporte, sino que reflejan una falta de conciencia sobre la diversidad y el respeto en un contexto tan público como un estadio de fútbol.

No es la primera vez que esto ocurre. Ecuador ya tuvo que enfrentar una situación similar por cánticos homofóbicos durante el Mundial de Qatar 2022, lo que impidió disponer del aforo completo para la segunda fecha de las eliminatorias sudamericanas para la Copa del Mundo de 2026, donde le tocó recibir a Uruguay.

Francisco Egas, presidente de la FEF, admitió la gravedad del problema al calificarlos como "una mala costumbre" arraigada en los estadios ecuatorianos.

Su compromiso de implementar campañas educativas para erradicar estos comportamientos es un primer paso positivo, pero deja al descubierto una realidad incómoda: la persistencia de actitudes discriminatorias en el fútbol, ​​a pesar de los esfuerzos por promover la inclusión y la diversidad.

Es fundamental entender que los cánticos homofóbicos y cualquier forma de discriminación no solo van en contra de los valores del deporte, sino que también contravienen los principios básicos de respeto y dignidad humana que deben prevalecer en cualquier evento deportivo.

El fútbol, ​​como fenómeno global, tiene la responsabilidad de ser un vehículo para el cambio social positivo, no un espacio donde se perpetúen prejuicios y exclusiones.

La sanción impuesta por la FIFA debe ser un llamado de atención no solo para la FEF, sino para los aficionados.

Es momento de tomar medidas más enérgicas y efectivas para combatir la discriminación en todas sus formas dentro y fuera de los estadios.

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