14 jul 2024 , 10:54

Alcaraz vence a Djokovic y se proclama campeón de Wimbledon

Carlos Alcaraz derrotó a Novak Djkovic por 6-2, 6-2 y 7-6(4).

   

El español Carlos Alcaraz aplastó a Novak Djokovic (6-2, 6-2 y 7-6 (4)) para conseguir su segundo Wimbledon y cuarto Grand Slam en total.

Alcaraz necesitó de un cuarto de hora y cinco bolas de 'break' para doblar por primera vez la mano del serbio, pero a partir de ahí no frenó. Era como si Djokovic tocase el violín y Alcaraz disfrutara bailando con él.

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El español era un espectáculo de contraataques y dominio. Djokovic tocaba la pelota muy limpia y era capaz de dirigirla, pero Alcaraz siempre la devolvía fuerte y mejor. Y lo más sorprendente es la calma con la que lo hacía. Con medio partido, 6-2 y 1-0 a favor, el murciano se paseaba por su lado de la pista jugueteando con la pelota y pensando cuál sería el siguiente truco con el que desesperaría al campeón de 24 Grand Slams, el hombre que quería el récord de ocho Wimbledon de Roger Federer y que se topó con Alcaraz defendiendo el legado de su ídolo.

Djokovic, mientras se le escapaban los juegos como en la final de Roland Garros 2020 contra Nadal, requería de un estímulo externo para despertar, un grito desde la grada, un enfado al que agarrarse, pero solo podía pagar su rabia contra la red y contra lo que él pensaba que era mala suerte y en realidad era el impoluto juego del español.

Con 6-2 y 6-2, miraba al cielo, extenuado, y pidiendo una ayuda divina con la que escapar una vez más. El tenista más "Houdini" de todos ya sabía lo que era levantar dos sets en contra en una final de Grand Slam, pero fue en 2021, en Roland Garros y contra el endeble Stefanos Tsitsipas.

Esta vez enfrente estaba un campeón de Grand Slam, número uno y dominador del presente y futuro de este deporte. Aun así, Djokovic rozó la reacción. En el sexto juego del tercer set, dispuso de su primera bola de rotura desde el primer parcial y Alcaraz, que la salvó con un servicio casi ganador, desactivó cuatro iguales en su momento de más apuro.

El tercer set, que de haberse perdido hubiera supuesto una brecha importantísima, se fue hasta el tie break y ahí Alcaraz demostró que, pese a los nervios, sigue siendo el mejor.

Con 5-4 arriba en el desempate, a dos puntos de la victoria, Alcaraz rompió a Djokovic con una dejada primero y no dejó que los nervios le atenazaran con el quinto punto de partido. El resto al segundo saque se quedó en la red y Alcaraz tiró la raqueta y se giró hacia su banquillo.

El español firmó una victoria que reafirma el recambio generacional en el deporte blanco es una realidad.

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