Segundo Jami representó a Ecuador en Río 2016 y ahora se dedica a la agricultura
El maratonista es uno de los atletas ecuatorianos que quedaron en el olvido.
En la parte de atrás de su casa, en Guaytacama, está construyendo un vivero con sus propias manos porque en este país no se vive de las medallas. No son pocos los logros deportivos de Segundo Jami, deportista de élite, de 35 años. Representante del Ecuador en las olimpiadas de Rio en el 2016 y que lleva acumulando kilómetros en sus piernas desde que era un niño.
Por dentro la crisis del deporte ecuatoriano. Formó parte del programa de alto rendimiento en el 2016 y también en el 2017. Ese año ganó una medalla de bronce en una competencia internacional y paradójicamente lo sacaron del programa.
Segundo Jami desde el 2020 no tiene entrenador. Sin embargo, la experiencia y la disciplina lo mantienen en constante entrenamiento. Una empresa privada lo financia y eso le permite adquirir implementos deportivos, tener fisioterapia y lo suplementos que necesita un atleta de su nivel. Segundo tiene una ingeniería en finanzas y auditoría, pero no ha ejercido la profesión porque siempre pueden más las pasiones. Siempre pueden más.
El titular de la Federación Deportiva de Cotopaxi reconoce que a segundo no se le entrega dinero y cuenta cuáles son las razones.
17 segundos le faltaron para alcanzar la marca que podía llevarlo a Tokio. No pudo ser. Cree que si hubiera tenido un entrenador y un apoyo potente se habría sumado a la delegación ecuatoriana, pero Segundo no para. Y si el Estado no aporta pues los recursos se los procura él mismo: criando animales, con la agricultura, con esto del vivero que recién empieza. Porque para Segundo la carrera no ha terminado.
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