16 oct 2024 , 13:50

¿La Tri juega mejor sin la altura?

Ecuador parece más efectivo en el llano o contra rivales de mayor jerarquía, pero fuera de casa, no en su propia altura.

   
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La selección de Ecuador, en su camino hacia el Mundial 2026, se ha distinguido por una solidez defensiva inquebrantable, pero también por una preocupante falta de goles. En las dos últimas fechas de eliminatorias, ante Paraguay y Uruguay, el equipo ecuatoriano cosechó sendos empates 0-0.

Este patrón de resultados se repite con alarmante frecuencia: cuatro de los diez partidos disputados hasta ahora han terminado sin goles, evidenciando una tendencia que deja a los hinchas y analistas cuestionando el potencial ofensivo de la Tri.

Curiosamente, los dos únicos partidos donde la Tri mostró una mayor capacidad ofensiva fueron en la altura de La Paz (victoria 1-2 ante Bolivia) y Quito (victoria 2-1 ante Uruguay), pero esos partidos fueron ya hace un año y ahora el equipo no se desempeña igual.

Los recientes resultados en casa, como el empate sin goles contra Paraguay, revelan que el efecto altura no siempre es suficiente. En cambio, fuera de casa, especialmente por lo visto ayer en Montevideo, Ecuador muestra una mejor versión, con un juego más fluido y coherente, aunque igualmente sin poder concretar en el marcador.

Entonces partir de este contexto surge una interrogante: ¿Juega mejor Ecuador en el llano que en la altura? Sí, aunque no gana, sí juega mejor, sí crea más oportunidades frente al arco rival y eso le da más posibilidades de que pueda anotar en algún momento.

El empate de la semana pasada contra Paraguay en Quito encendió las alarmas: ¿por qué no se pudo generar más peligro contra un equipo que estaba al alcance de los ecuatorianos?

Las respuestas apuntan a un planteamiento conservador, que, si bien evitó la derrota, también privó a la Tri de una victoria que hubiera sido crucial. Otro asunto es que los jugadores que son base del once estelar no se desempeñan en Quito, sino en Europa y Brasil.

En Montevideo, Ecuador desplegó una mejor versión. Aunque el marcador fue nuevamente 0-0, vimos a una selección presionando en campo del rival.

El fútbol ecuatoriano, históricamente, ha sabido aprovechar su ventaja geográfica, pero los recientes resultados en casa ponen en tela de juicio esa ventaja.

Quizás la clave no esté únicamente en la altitud, sino en el planteamiento táctico y la capacidad del equipo para adaptarse a las exigencias de cada rival y cada terreno de juego.

Pero lo que es evidente es que Ecuador necesita encontrar el equilibrio entre su solidez defensiva y un ataque más efectivo, especialmente en casa.

Los siguientes partidos contra Bolivia (en Guayaquil) y Colombia (en Barranquilla) serán decisivos para ver si Beccacece y su cuerpo técnico logran ajustar las piezas para que la Tri no sólo juegue bien, sino que también concrete en el marcador.

Por ahora, la gran pregunta sigue en el aire: ¿será que Ecuador rinde mejor cuando juega lejos de la altitud que históricamente le ha dado ventaja? Ya lo veremos dentro de un mes en Guayaquil.

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