Así como los clubes ahora cobrarán menos por los derechos de TV, los árbitros también deben adaptarse a la nueva realidad económica. La burbuja que infló GolTV ya se reventó.
El presidente de la Liga Pro, Miguel Ángel Loor, tiene la misión de desarmar -antes de que empiece- una huelga de árbitros cuando estamos a tres días del reinicio del campeonato nacional de fútbol, que ya lleva dos meses sin actividad.
Otra vez Luis Muentes, se queja Loor, pone en aprietos el desarrollo de la Liga Pro. El representante de la patronal de clubes ecuatorianos acusa al presidente del gremio de árbitros de ser un tipo inflexible, que se niega al diálogo.
Mientras los árbitros exigen que les paguen valores pendientes, Loor ha puesto sobre la mesa la necesidad de reducir el monto que se les paga por cada partido dirigido en la Liga Pro.
Su mensaje revela una problemática recurrente en el fútbol ecuatoriano: la dificultad de equilibrar las finanzas de los clubes y las demandas de los árbitros.
Loor menciona que, debido a los problemas con los derechos de TV (se rompió el acuerdo con GolTV por la deuda que mantenía con la Liga Pro), "hoy en un nuevo modelo de negocio se ha reducido en un 30% el ingreso que antes recibían los clubes".
Este es un golpe significativo para cualquier organización deportiva, especialmente en un contexto donde los costos operativos continúan en aumento.
A pesar de este recorte, la Liga Pro ha intentado dialogar con los árbitros, sin éxito. Según Loor, la agremiación de árbitros, presidida por el señor Muentes, se ha mostrado inflexible, rechazando cualquier propuesta de reducción o ajuste en sus pagos.
La situación se agrava cuando se considera que la Liga Pro ha recurrido a un crédito para pagar una parte de lo adeudado a los árbitros.
Este esfuerzo demuestra una clara intención de cumplir con las obligaciones financieras, pese a las dificultades. Sin embargo, la falta de disposición para dialogar y encontrar un término medio por parte de los árbitros pone en riesgo la estabilidad del torneo.
IGUALDAD POR TRABAJO REALIZADO
Loor plantea un argumento razonable: los árbitros deberían cobrar en la Liga Pro lo mismo que reciben por cada partido en la Copa Ecuador, que es organizada por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), "ni más ni menos".
Este planteamiento se basa en la premisa de igualdad por trabajo realizado. Si los árbitros aceptan esta propuesta, no solo se aliviaría la carga financiera de los clubes, sino que también se establecería un estándar justo y equitativo.
El VAR ha introducido un nuevo nivel de complejidad en el fútbol, con más árbitros involucrados en cada partido, entiéndase, tienen ahora más puestos de trabajo. Pero esto también incrementa los costos operativos.
Es comprensible que los árbitros, como cualquier actividad laboral, busquen la mejor compensación posible en su campo. Sin embargo, en tiempos de crisis económica, es vital que todas las partes afectadas busquen soluciones colaborativas en lugar de insistir en mantener el statu quo.
La insistencia en huelgas, paralizaciones y caos, como menciona Loor, solo perjudica al fútbol ecuatoriano en su conjunto.
Los clubes, los jugadores, los aficionados y los mismos árbitros sufren las consecuencias de la falta de diálogo y flexibilidad.
Es fundamental que se encuentre un equilibrio que permita la sostenibilidad financiera de los clubes y la justa retribución para los árbitros.
No se trata de desvalorizar su trabajo ni de negarles una remuneración justa, sino de reconocer que todos los sectores del fútbol deben adaptarse a las nuevas realidades económicas. La burbuja que infló GolTV ya se reventó y ahora hay que tocar tierra.
La disposición a negociar y a entender la situación financiera de los clubes y de los árbitros es crucial para mantener el torneo en marcha sin mayores contratiempos.
El llamado de Loor a los árbitros para que acepten una remuneración similar a la que reciben en la Copa Ecuador no es un capricho, sino una necesidad pragmática.
La sostenibilidad del fútbol ecuatoriano depende de la capacidad de todas sus partes interesadas para trabajar juntas, especialmente en tiempos difíciles.
El parón del campeonato, de dos meses excatos, con la excusa de la Copa América, ya es más que suficiente espera, como para ahora aplazar el reinicio. Mejorar el calendario del torneo es otra tarea pendiente de la Liga Pro.
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