Graves denuncias en el Ascenso

El Torneo de Ascenso Nacional del fútbol ecuatoriano, que históricamente ha sido la plataforma para que emerjan nuevos talentos y equipos de menor renombre sueñen con llegar a la élite, se ha visto gravemente afectado por recientes denuncias de sobornos a futbolistas.

En menos de 24 horas, dos clubes, Huaquillas FC y Luz Valdivia FC, han revelado intentos de corrupción en sus partidos, levantando serias alarmas sobre la integridad del campeonato que ofrece dos cupos a la Serie B. Este solo hecho obliga con urgencia a tomar medidas drásticas para proteger la transparencia de la competencia.

Las denuncias deben ser tomadas como un síntoma de un problema más profundo.

Huaquillas FC fue el primero en encender las alarmas. Tras perder 5-1 en Guayaquil contra Naranja Mekánica en el partido de ida de los 16 avos de final del Ascenso Nacional, el club de la provincia de El Oro publicó un comunicado, que posteriormente retiró, pero en el que denunció intentos de soborno a sus jugadores.

La denuncia señalaba que hubo llamadas, mensajes intimidantes y ofertas económicas con el objetivo de alterar el resultado del partido. Según Naranja Mekánica, se trata de un "malentendido". No niega los hechos, pero señala que estos fueron de parte de terceras personas, no del club; sin embargo, el daño ya está hecho: la sombra de la duda ha caído sobre el torneo.

Un día después, Luz Valdivia FC hizo una denuncia similar tras su derrota por 5-0 ante el CD Unión en Pujulí, Cotopaxi.

Ambos clubes que denunciaron los intentos de soborno han desvinculado a varios jugadores como medida preventiva y hacen un llamado a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) para que inicie una investigación.

Dos denuncias en tan corto lapso ponen en duda la transparencia y la limpieza de la Segunda Categoría, una situación alarmante para cualquier campeonato que pretende promover el juego limpio y el desarrollo del fútbol.

En este contexto, la intervención de la Federación Ecuatoriana de Fútbol se vuelve fundamental. El llamado a investigar estos casos no puede quedarse solo en palabras, sobre todo, cuando esta no es la primera vez que se teje un manto de dudas sobre la honestidad de los torneos regulados por la FEF.

El máximo organizmo del fútbol ecuatoriano tiene la responsabilidad de garantizar la transparencia en cada una de sus competiciones, especialmente en aquellas de ascenso, donde los recursos son limitados y los equipos más vulnerables a situaciones irregulares.

Además de realizar investigaciones profundas sobre estas denuncias, es necesario implementar un sistema de vigilancia más estricto y, sobre todo, sancionar ejemplarmente a los responsables.

La falta de control y sanción solo abriría la puerta a que estos hechos se repitan y, peor aún, que afecten el ascenso de equipos o jugadores que verdaderamente merecen avanzar por su rendimiento y esfuerzo en la cancha.