El número de clubes femeninos de fútbol en Ecuador incrementó en el año 2019
La mayoría de los equipos no tiene instalaciones deportivas propias.
Cada mañana Edison Méndez Sarmiento, quien lidera el equipo femenino Carneras UPS desde hace 16 años, llega a su oficina que está llena de medallas. Junto a ese espacio está la cancha de futbol; pero no se trata de un complejo deportivo, sino de la Universidad Salesiana de Cuenca, principal auspiciarte de este equipo de primera división. Ahí entrenan, tienen los camerinos y juegan los partidos.
Otra fuente de ingreso es la mensualidad que cobran como escuela de futbol, así pagan los sueldos de 16 personas que trabajan tanto en el aérea deportiva como administrativa.
“Nosotros para mantener el equipo en Superliga Femenina, la proyección económica en 2023 fue de más menos USD 80 mil, es mucho dinero, por derechos de televisión son USD 10 mil, dependiendo como se negocia; y el resto vaya y busque como se sustenta”.
En el 2019 la CONMEBOL anunció que los clubes deben tener equipos femeninos para poder participar en los torneos internacionales masculinos. Barcelona es uno de los 14 clubes que actualmente cumple con ese requisito.
El grupo de mujeres no tiene instalaciones propias: comparte la infraestructura con el equipo de varones, a excepción del camerino. Ivis Vallejo, gerente femenino de Barcelona, indicó:
“Toda la plantilla tiene contrato profesional, los juveniles tienen contrato de aficionado y tienen un viático de movilización que también les ayuda en el tema del entrenamiento; un sueldo de una entrenadora puede ser entre USD 450 o USD 3 000 o 4 000 al mes”.
El principal desafío de los clubes femenino es el financiero; sobre todo de los que no tienen equipo masculino, como es el caso de Ñañas.
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Ellas fueron campeonas en el 2022, pero no tienen instalaciones propias, entrenan en canchas alquiladas y las oficinas ahora están inhabilitadas porque el torneo concluyó en septiembre y el nuevo iniciará en 2025.
Fernanda Vásconez, presidenta club Ñañas, estableció:
“Para que todo eso funcione, hablemos de cronogramas, de profesionalismo, de un montón de otras cosas, necesitamos un departamento de fútbol femenino en la Federación Ecuatoriana de Fútbol, un departamento de marketing específico que entienda como vender el fútbol femenino”.
Los tres clubes coinciden en el “derecho de formación” que es la inversión que realizan para entrenar a una jugadora, pero cuando se cambia de equipo en Ecuador o en el mundo, la Asociación no recibe ningún rédito económico por dicho pase.
“Una inversión con entrenadoras, una inversión con implementos, lo que se espera en algún momento sea retribuido”.
Los clubes dicen que cada año buscan financiamiento que les permita participar en el torneo femenino, que es de 6 meses. Los otros seis meses, en algunos de los casos, las jugadoras dejan de entrenar por falta de recursos.
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