Real Madrid perdió el rumbo y tiene los días contados en la Champions
Los jugadores de Carlo Ancelotti, irreconocibles, necesitarán un milagro en el Santiago Bernabéu dentro de ocho días para evitar una eliminación tras la caída 3-0 ante Arsenal.
- Jude Bellingham, del Real Madrid, se lamenta de la derrota de su equipo ante el Arsenal en el duelo de ida de los cuartos de final de la Champions League.( )
El vigente campeón de Europa, noqueado en Londres, sobre la lona. Un doblete de tiro libre de Declan Rice —auténticos misiles desde su diestra— y un tercer tanto obra de Mikel Merino dejaron al Real Madrid al borde del abismo en la ida de los cuartos de final de la Champions League.
El 3-0 del Arsenal fue tan contundente como inesperado. Los de Carlo Ancelotti, irreconocibles, necesitarán un milagro en el Santiago Bernabéu dentro de ocho días para evitar una eliminación que hoy parece casi inevitable.
El conjunto blanco, que acumula tres derrotas consecutivas entre todas las competiciones (Valencia en Liga, Real Sociedad en Copa y ahora Arsenal en Champions), se ha metido en una espiral preocupante justo cuando la temporada entra en su fase decisiva.
Y ni siquiera el regreso a la portería de Thibaut Courtois, ausente en los tres últimos encuentros por lesión, ni la presencia de David Alaba pudieron contener el vendaval inglés.
Rice, sin goles de tiro libre en más de 300 partidos como profesional, se vistió de francotirador. Primero, con una rosca endiablada al palo corto tras aprovechar una barrera mal armada; luego, con un disparo quirúrgico directo a la escuadra que dejó sin respuesta al meta belga.
Y como si eso no bastara, Mikel Merino rubricó la noche perfecta con un zurdazo dentro del área que puede haber sentenciado la eliminatoria, a falta del duelo de vuelta el próximo 16 de abril.

Desde el arranque, el Arsenal impuso su plan: presión alta, posesión dinámica y velocidad en el último tercio. El Real Madrid, por su parte, apostó por replegarse y buscar contras, pero sus ocasiones fueron contadas.
Vinicius tuvo una oportunidad temprana que acabó en nada, y la mejor del primer tiempo fue para Kylian Mbappé, quien desperdició un mano a mano ante David Raya con un disparo sin convicción.
Antes del descanso, Courtois sostuvo a los suyos con dos paradas providenciales ante Rice y Martinelli, pero el vendaval apenas comenzaba.
En la segunda mitad, el Madrid desapareció y el Arsenal olió sangre. Los de Arteta no perdonaron, y el Emirates vibró con una de sus noches más memorables en Europa.
“No hemos estado bien. El Arsenal ha hecho un gran partido. No hemos encontrado nuestro juego”, reconoció Lucas Vázquez a Movistar+. “Si hay un equipo en el mundo que puede darle la vuelta a esto, somos nosotros. En nuestro estadio, con nuestra gente. Vamos a darlo todo por la remontada”.
Tendrá que ser una remontada colosal, digna de los libros de historia, porque el Madrid no solo perdió el partido: perdió el control, la identidad y buena parte de la confianza.
Ahora, solo el Bernabéu y la épica —esa que tantas veces los salvó— podrán mantener viva la llama. Pero esta vez, necesitarán más que eso. Necesitarán un milagro.
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