01 jun 2023 , 10:31

Messi y su salida del PSG: un amor que se fue enfriando y que terminó en un insípido divorcio

Messi y el PSG confirmaron la terminación de su relación laboral luego de dos temporadas en las que nunca pudo ganarse a la hinchada ni la promesa eterna de llevarse la Champions.

   

Del amor al odio hay un solo paso, y hoy se formalizó esa ruptura, cuando el PSG confirmara que Leo Messi saldrá del club tras disputar su último choque este sábado en el fútbol francés.

Fue en agosto del 2021 cuando el '10' argentino llegó a tierras de la moda y el baguette arropado por una marea humana que coreaba su nombre y gritaba: "fichamos al mejor jugador de la historia", hoy solo queda decepción y una promesa de lo que no fue: ganar la Champions.

Lea: Messi y su futuro: el PSG confirma su salida

El PSG agregaba así una estrella más a sus filas junto a Neymar y Mbappé. Pero estuvo muy lejos de lo que se prometía.

La sensación no era la misma en la mente del jugador, que acababa de llorar su adiós al Barcelona, su club de toda la vida, en contra de su voluntad y la de toda su familia y se veía obligado a reinventarse a los 34 años.

La sensación es de amargura, porque el club quería comprar el pasado del jugador en el Barça y Messi el futuro prometedor de nuevos horizontes.

En dos años, Messi no ha conseguido marcar la diferencia, no se ha ganado al público y no ha establecido con el club y con la ciudad un vínculo afectivo, el mismo que cultivó con Barcelona y que nunca se ha roto. París aparece como un adulterio a esa historia de amor.

Estos dos últimos años el argentino ha vivido emociones fuertes, pero ninguna ligada al PSG. En París recibió en 2021 su séptimo Balón de Oro, pero sobre todo por haber ganado con Argentina la Copa América; también fue elegido mejor jugador de la FIFA al año siguiente, pero fue la respuesta a su triunfo en el Mundial de Qatar, precisamente ante Francia, país que lo acogía.

Los mismos aficionados que le aclamaron en su llegada en aquella calurosa mañana de agosto, empezaron a cansarse de la indolencia del argentino, al que el primer año le costó decir adiós a su asentado entorno barcelonés.

Sin conseguir la Champions, no tardaron en aparecer silbidos en la grada, murmullos incómodos en el Parque de los Príncipes y, como momento culminante, los insultos de un grupo de ultras a las puertas de la sede social del club.

De esta manera, Messi deja atrás una etapa que queda como mancha en su brillante carrera.

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