Las lágrimas de emoción de Neymar durante su presentación en el Santos

Neymar está de vuelta en casa. El delantero brasileño se presentó oficialmente este viernes 31 de enero con el Santos ante miles de aficionados que transformaron el estadio Urbano Caldeira en una gran fiesta y emocionaron a su nuevo 10, a pesar de la lluvia.

"Estoy muy contento, estoy muy feliz", afirmó Neymar tras secarse las lágrimas, en el centro de la cancha, con la camiseta albinegra y una banda sobre la cabeza que decía "100 % Jesús", la misma que usaba en su etapa en el club hace 12 años.

En sus primeras declaraciones como nuevo jugador del Santos, prometió que no le faltará "fuerza, garra, determinación, fe y osadía", entre los cánticos de una grada enfervorecida.

Al lado del escenario había una enorme camiseta santista, con el escudo del club, la figura de Neymar y la frase: "Me voy, pero volveré".

Con esas mismas palabras un jovencísimo Neymar abandonaba la disciplina albinegra en 2013 para conquistar el mundo en el FC Barcelona y, más tarde, en el París Saint-Germain.

Le podría interesar: El balón del Mundial de Clubes tendrá interacción con el VAR en tiempo real

Casi doce años después ha cumplido su promesa y la alegría desbordó a los aficionados del club de Pelé, que acudieron al Vila Belmiro para darle una calurosa bienvenida, pese a la intensa lluvia.

Saltó al césped acompañado de Edinho, hijo de Pelé, de sus amigos y su familia. Antes del baño de masas, rezó de rodillas en el vestuario.

Ni el aguacero desincentivó a los hinchas más incondicionales que suspiran por revivir los tiempos de oro del Santos de Neymar. Aquel que conquistó seis títulos oficiales, entre ellos la Copa Libertadores de 2011.

La directiva también espera un buen empujón económico para sanear las maltrechas arcas del club.

El efecto Neymar ya se nota. En pocos días se ha multiplicado el número de socios. La tienda del club estaba abarrotada de clientes. La camiseta de esta temporada con el nombre de Neymar y el 10 a la espalda cuesta USD 75 dólares, casi un tercio del salario mínimo en Brasil.