Así se jugará la cuarta fecha de las eliminatorias Conmebol al Mundial 2026

La velocidad crucero alcanzada por Argentina, el tropiezo que ha dejado a Brasil en un rol secundario, las buenas sensaciones de Venezuela, Chile, Ecuador y Uruguay, las cuentas que no cuadran a Colombia y las urgencias de Paraguay y Bolivia son el cóctel de la cuarta fecha de las eliminatorias.

Las selecciones sudamericanas que buscan posiciones en el Mundial de 2026 pueden deparar este martes algún nuevo despido de entrenador, así como el incendio en algún vestuario o el fin de las chispas que amenazan a otros.

Venezuela, sexta clasificada con cuatro puntos, llega a la cuarta jornada de las eliminatorias con la carta de presentación de haber sacado el jueves un empate 1-1 de visita ante Brasil.

Y Chile, quinta con la misma renta de su rival de este martes, no oculta su satisfacción por haber ganado a Perú por 2-0 el Clásico del Pacífico con un desempeño superlativo que invita a la ilusión.

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Desde los cuarteles de la Vinotinto y la Roja juran que, si bien la moral está a tope en ambas esquinas, todos los jugadores involucrados jugarán en Margarita con las botas en la tierra.

Eduardo Berizzo, hasta hace poco muy cuestionado, debe probar nuevas fórmulas para sortear tres cambios defensivos inminentes: el lateral de origen argentino Matías Catalán, ya liberado por una lesión; el central Guillermo Maripán, que está entre algodones; y el suspendido mediocentro Erick Pulgar.

Matías Fernández, Paulo Díaz y Charles Aránguiz emergen como sustitutos.

Dos entrenadores argentinos cruzan sus caminos en el estadio Defensores del Chaco, donde las selecciones de Paraguay y Bolivia jugarán este martes sin más alternativa que 'ganar o ganar'.

Como si no hubiera mañana, a la Albirroja, que es penúltima con un punto, y a la Verde, colista sin nada en las alforjas, solo les sirve ganar los tres puntos.

Daniel Garnero, que se estrenó en el banco de Paraguay con una derrota por 1-0 en Buenos Aires, tiene más margen de acción, no así su compatriota Gustavo Costas, que ya agotó la paciencia de la prensa y los hinchas bolivianos.

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"Nos han tocado los tres rivales más difíciles", ha sido la réplica de Costas al recordar el debut con goleada de Brasil de 5-1, la caída en La Paz ante los campeones del mundo por 0-3 y el nuevo fracaso en casa por 1-2 ante Ecuador.

La mayor preocupación de Garnero sobre su once titular radica en el estado físico del mariscal de la defensa Júnior Alonso, quien fue retirado en camilla del partido con Argentina.

Bolivia, por su parte, confía en que el centrocampista Henry Vaca, el único que con rebeldía se salvó del naufragio colectivo ante Ecuador se consolide como líder de la Verde.

El empate 2-2 cedido a Uruguay en el minuto 90, y el tercer puesto en la clasificación, a 4 puntos del líder, saben a poco a una selección de Colombia que debe resolver este martes el reemplazo del portero Camilo Vargas, el héroe que se tornó villano al cometer el penalti que cambió por gol Darwin Núñez.

Los Cafeteros cambiarán el calor agobiante de la ciudad caribeña de Barranquilla para ascender este martes a los 2.850 metros de altitud de Quito, donde hace 2 años y 11 meses, Ecuador los humilló con una goleada por 6-1 que puso fin a la era del entrenador portugués Carlos Queiroz.

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Además de limpiar la mala imagen dejada aquel 17 de noviembre de 2020 y cobrar venganza, Colombia necesita elevar el valor de sus acciones y frenar la velocidad crucero que viene tomando la Tri con el español Félix Sánchez en el banquillo.

Los actores se conocen muy bien. Sánchez dirigía la selección de Catar que perdió 1-0 ante Colombia en la Copa América de 2019.

Colombia espera volver a contar con la conducción del tocado James Rodríguez y que Luis Díaz aplaque los demonios internos que le han impedido aportar goles decisivos.

Ya, Ecuador, se ilusiona con el joven Maravilla, de 16 años, Kendry Páez, protagonista el pasado jueves de la victoria a domicilio por 1-2 sobre Bolivia en La Paz.

A Brasil no le ha caído nada bien la pérdida del primer puesto de las eliminatorias y el fin de una campaña perfecta tras el empate en Cuiabá 1-1 con un golazo del venezolano Eduard Bello.

A los abucheos al equipo que orienta provisionalmente Fernando Diniz han seguido las sospechas de que tres referentes, Neymar, Vinicius y Richarlison, tuvieron una noche agitada con mujeres antes del partido del jueves pasado.

Conjeturas aparte, el técnico Diniz tendrá que resolver si el mediocentro Casemiro se recupera a tiempo para estar en el once titular.

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Al entrenador argentino Marcelo Bielsa se le suma la misión de llevar a la Celeste a cortar una mala racha de tres derrotas consecutivas como local ante la Canarinha.

El último partido jugado en Montevideo terminó con un triunfo de los visitantes por 0-2.

Un empate en el debut y dos dolorosas derrotas después, la selección de Perú busca argumentos futbolísticos para dar un golpe de timón a una realidad que la tiene sumida en el penúltimo puesto de la clasificación, apenas por encima de Bolivia, y muy lejos de la clasificación al Mundial de 2030.

Argentina, que continua perfecta y sin la necesidad de contar ciento por ciento con su capitán Lionel Messi, aparece en la cuarta jornada como el rival que puede dar el golpe de gracia al entrenador Juan Reynoso, o el punto de partida de la recuperación de la Albirroja.

Mientras el seleccionador Lionel Scaloni decide si Messi juega desde el pitido inicial o ingresa en la recta final, los peruanos tratan de no dejarse condicionar por las perversas estadísticas.

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La Blanquirroja no gana a la Albiceleste en casa hace 38 años. En diez partidos de historia común en eliminatorias, los peruanos suman dos triunfos y cuatro empates. Los argentinos ganaron los otros cuatro partidos. Las únicas conquistas de la formación de la banda cruzada ocurrieron en 1970.

Y hasta que ruede la pelota en Lima, los adivinos, que no faltan, ya hacen cábalas sobre los candidatos que hacen fila para sustituir a Reynoso: el más opcionado, aseguran los medios locales, es el argentino Jorge Sampaoli, que ya colecciona dos salidas con más pena que gloria de importantes banquillos: primero del Sevilla español, y recientemente del Flamengo brasileño.