El colombiano llega a pedido del estratega italiano Carlo Ancelotti.
El Real Madrid completó este lunes el traspaso al Everton del internacional colombiano James Rodríguez, que firmó un contrato de dos años más uno opcional con el club inglés, en el que se reencontrará con el técnico Carlo Ancelotti, "un entrenador que le conoce muy bien", según expresó el jugador.
"Estoy muy, muy feliz de estar en este gran club, un club con tanta historia", declaró el futbolista en la página web de su nuevo equipo tras poner fin a su paso por el Real Madrid, que, a su vez, mostró a James "su agradecimiento y cariño por todo este tiempo que ha formado parte" del club, además de desearle "mucha suerte en esta nueva etapa de su trayectoria profesional", dijo en un comunicado.
Cerca del Atlético de Madrid el pasado verano, cuando el Real Madrid finalmente lo retuvo, la última temporada ha evidenciado que su salida este verano era más que probable, con nada más catorce partidos en todo este curso, en los que ha aportado un gol y dos asistencias, pero en el que su protagonismo ha sido más que puntual.
Su salida ya es un hecho. A sus 29 años -nació el 12 de julio de 1991 en Cucuta (Colombia)- emprende otra aventura en su carrera profesional, la quinta desde que salió del Envigado de su país aquel chico que con 15 años debutó en la Primera División colombiana y que en 2008 partió hacia para jugar en el Banfield.
Ahí ganó una Liga, jugó 50 partidos, marcó 10 goles y su talento desató el interés del fútbol europeo, atraído por un joven emergente que había conquistado junto a sus compañeros el primer título liguero de la historia del club, que logró disfrutar de él hasta el 6 de julio de 2010, cuando el Oporto pagó 7,5 millones de euros.
Admirador de Carlos 'Pibe' Valderrama, dio el salto al viejo continente, al fútbol más atractivo y millonario, con sólo 19 años, con toda una carrera aún por construir, pero con unas cualidades ofensivas tan prometedoras como innegables, con una precisión extraordinaria en su zurda y un futuro indudable en sus botas.
En el Oporto adquirió experiencia. Primero atravesó ese periodo tan repetitivo de adaptación en los jóvenes talentos que dan el salto de América a Europa a una edad tan temprana. Andre Villas-Boas, entonces técnico del conjunto portugués, lo dirigió con calma. Hasta el duodécimo encuentro oficial no debutó con el equipo.
Ahí permaneció tres campañas para un total de 108 partidos oficiales, 32 goles y ocho trofeos: tres Ligas de Portugal (2010-11, 2011-12 y 2012-13), cuatro Supercopas de ese país (2010, 2011, 2012 y 2013) y una Liga Europa (2010-11). Su crecimiento fue incontestable. Su siguiente traspaso fue de 45 millones al Mónaco.
Un curso nada más jugó en el principado, con 38 partidos y 10 goles, en la Ligue 1, porque asombró a todo el planeta en el Mundial de Brasil 2014 como el líder de la selección colombiana, como un jugador que marcaba diferencias y goles. Uno fue elegido el mejor del año, a Uruguay en octavos de final. Fue el mejor artillero, además, del torneo de los torneos. Y estaban Leo Messi y Neymar.
Un hito indudable del futbolista, reclutado de inmediato por el Real Madrid, que abonó 75 millones de euros por él para sumarlo a su plantilla en 2014 a las órdenes de Carlo Ancelotti, primero, con el que más brilló; de Rafael Benítez, después, y más tarde de Zinedine Zidane, cuando decayó el protagonismo que sí tuvo con el italiano.
En 2014-15, su primer año en el club, disputó 46 choques, anotó 17 goles y dio 18 asistencias; en 2015-16, jugó ya 32, con ocho dianas; y en 2016-17 su participación fue de 33 duelos, con once tantos, aunque sólo 20 de ellos de titular, con lo que cambió de equipo en el verano de 2017, cedido dos años al Bayern Múnich.
67 partidos y 15 goles fueron sus numeros en el club germano, en el que levantó dos Ligas, una Copa y dos Supercopas de Alemania; cinco de los 23 títulos que ha ganado a nivel de clubes James, nueve de ellos -incluidas dos Ligas de Campeones- con el Real Madrid, al que volvió hace un año y del que sale ahora en busca de otros retos. EFE
Recomendadas