Eriksen vuelve anotar en el estadio donde sufrió el infarto
En el estadio Parken Dinamarca goleó a Serbia (3-0)
Christian Eriksen, que protagonizó un dramático desplome contra Finlandia en la Eurocopa 2020, vivió hoy un regreso feliz al estadio Parken con la goleada de Dinamarca a Serbia (3-0), en la que firmó uno de los tantos.
El centrocampista danés, que volvió a jugar al fútbol hace unas semanas con el Brentford inglés y un desfibrilador instalado, tuvo una noche mágica, con un estadio lleno por primera vez en un amistoso en 17 años y ejerciendo de capitán, por la ausencia de Kjær y el bonito gesto de Schmeichel.
"Bienvenido de vuelta, Christian", rezaba una pancarta en uno de los fondos del estadio que en junio pasado vivió un drama después de que Eriksen estuviese muerto varios minutos por un paro cardíaco.
Hoy, en cambio, el diez de Dinamarca, que ya había marcado hace unos días en su regreso en Amsterdam contra Holanda, se fue entre aplausos y ovaciones, elegido el mejor de su equipo, a pesar de una goleada engañosa, en un partido mucho más igualado de lo que refleja el marcador.
Serbia dominó durante buena parte del primer tiempo, gracias a su superioridad en el medio y una buena presión. A los cinco minutos, Mitrovic avisó ya con un tiro peligroso que se fue a córner.
A Dinamarca, que presentaba media docena de ausencias en su once habitual, le costó hilvanar juego al principio, pero se encontró con un gol inesperado tras una jugada que pudo ser falta a un rival en el medio y que acabó con un defensa serbio salvando a córner ante Dolberg, solo ante el portero.
El rechace en el saque de esquina lo enganchó Mæhle, el diestro convertido a lateral/carrilero zurdo y que con su selección es una máquina de hacer goles (cinco en la fase de clasificación).
Serbia retomó el mando y achuchó durante varios minutos. Mitrovic, de nuevo, tuvo el gol, pero su remate con la zurda dentro del área salió mordido.
Dinamarca tardó en sacudirse el dominio serbio, pero lo hizo poco a poco, aprovechando la velocidad y el regate de Skov Olsen, que dejó en evidencia a Pavlovic y Kostic varias veces y asomó con peligro al área.
Rozaban el segundo los daneses, que estuvieron muy cerca con un tiro al palo de Nørgaard, al filo del descanso.
Stojkovic movió al equipo pronto, con tres cambios rápidos y pasó a jugar con línea de cuatro atrás y con dos delanteros, con Jovic acompañando a Mitrovic en ausencia de Vlahovic.
Mandaba de nuevo Serbia, y su nueve volvió a desperdiciar otra oportunidad, con una mala definición, solo contra Schmeichel.
Pero Dinamarca, que casi marca en la siguiente jugada por medio de Skov Olsen, liquidó el partido en dos zarpazos.
Kostic se complicó la vida en una jugada sin aparente peligro y perdió la pelota ante la presión de Kristensen y Højbjerg, que cedió a Lindstrøm para que fusilara a Rajkovic.
Y cinco minutos después, Eriksen y el estadio estallaron de júbilo con un gran disparo del ahora jugador del Brentford.
Pudo recortar Serbia en un par de tiros lejanos, pudo aumentar la goleada Dinamarca en varias ocasiones. Pero la fiesta de Eriksen acabó sin más goles y con la salida misteriosa de Jovic, que entró tras el descanso y solo aguantó algo más de media hora, aunque abandonó el campo por su propio pie y sin síntomas aparentes de lesión.
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