Presidente Noboa, empiece a preocuparse

Peligroso mensaje el que la Asamblea Nacional dio esta mañana al Gobierno Nacional y, en últimas cuentas, al país. La(s) oposición(es) tiene(n) más de 90 votos para tumbarse los vetos del Presidente y, de sobra, para censurar a los ministros de Estado, cuando les llegue la hora del juicio político.

Con 101 votos, el Pleno del Legislativo insistió en sus textos originales y la Ley de Acoso Laboral quedó en firme con todas las antipatías que Daniel Noboa quiso corregir. Y en adelante, por puro populismo parlamentario, se añade una carga más a la difícil tarea de la reconstrucción productiva, pues con leyes de este tipo, se resiente aún más a relación patrono-empleado.

Se dirá, en términos prácticos, que esta ley no va a cambiar el rumbo de la historia del país. Pero los votos que la hicieron posible sí anticipan lo que puede ocurrir en las próximas cuando a los honorables legisladores revisen el veto presidencial a la ley que se aprobó este martes para garantizar que el Banco Central garantice la transferencia inmediata de las rentas a los gobiernos seccionales sin pasar por el Ministerio de Finanzas.

Esta debe ser una de las leyes más inconsecuentes e irresponsables que a la Asamblea se la haya podido ocurrir. Pues le quita al Gobierno central la posibilidad de administrar los recursos públicos con cierto sentido nacional y sobre la base de prioridades.

No es que Noboa ahora, Lasso ayer o Moreno hace dos días tenían la plata de los GAD bajo llave y que por su mezquindad cerraban las transferencias a alcaldes y prefectos. Esa ley, que ahora está en manos del presidente Noboa para su análisis, es inconveniente en momentos como este, donde lo que menos existe son recursos para el funcionamiento del Estado. Por lo tanto, que los alcaldes y prefectos pretendan anticiparse sus recursos por encima de cualquier otra urgencia nacional puede generar tensiones políticas de proporciones.

Por todas estas consideraciones, gente de la bancada oficialista teme que el Legislativo tenga los votos para driblar cualquier intención del Presidente por dotarle de sensatez y racionalidad financiera a este cuerpo legal. No es para menos, esta ley tiene padre: Henry Kronfle, quien hará todo lo posible para que no haya ningún cambio.

Noboa, tarde, decidió romper con al RC5, sin tender puentes con las fuerzas de María Paula Romo y el villavicencismo. No solo eso, Construye responsabiliza a Noboa de querer la eliminación de su casillero, mientras el PSC ha tomado distancias del gobierno.

¿Cuánto más está dispuesto a sacrificar el presidente si no traza una línea de coherencia política? Ni a Lasso, que siempre tuvo la asamblea en contra, se le bajaron los vetos.