03 sep 2024 , 13:18

¿Para quién tuitea Rafael Correa?

   

Es una pregunta pertinente si partimos del supuesto de que el expresidente de la República es uno de los personajes más influentes en las redes sociales. Por lo tanto, el sentido de sus mensajes, sobre todo en X, debiera aprovechar esa ventaja para, por ejemplo, complementar la estrategia electoral de la Revolución Ciudadana, convenciéndole al país de que son la mejor alternativa.

Pero hace rato que Rafael Correa perdió esa lucidez. Es decir, el sentido estratégico de su conducción política. Más bien, ha exacerbado su lado pendenciero, creyendo que con insultos y amenazas evita la evaluación histórica a su complejo gobierno. Se le puede tolerar su incapacidad para reconocer algún error en su gestión como Presidente que no sea la manida respuesta de haber puesto a Lenín Moreno de candidato. Por fuera de ello, él todo lo hizo a la perfección y quien osa refutarlo casi siempre termina maltratado; no importa que el atrevido haya sido algún sumiso colaborador o simpatizante.

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El expresidente cree que poniendo epítetos o minimizando cualquier argumento que ponga en tela de duda sus indicadores o los trapos sucios por los cuales la Justicia lo ha condenado, él gana en el debate público.

Eso acaba de suceder con la investigación académica de Arduino Tomasi, un exasesor del correísmo, que hoy muestra la cifras de unas siete mil y pico de muertes violentas que el INEC refundió en el burocrático mundo de las estadísticas, para que la propaganda de entonces asegurara que Ecuador era el segundo país más seguro de la región.

En lugar de abrirse un debate necesario y respetuoso de esas miles de personas, supuestamente muertas en un entorno de violencia y gestación del narcotráfico, Correa ataca y vilipendia a quien se atreve a cuestionarlo.

Su odio contra la fiscal Diana Salazar ha perdido cualquier tipo de proporción, al punto, incluso, de inducir a su organización política a cometer errores en términos de campaña política. Cualquier asesor con cabeza fría le aconsejaría bajarle dos rayitas a la intensidad en este tema, porque para la gran mayoría del país el legado de la Fiscal es mucho más meritorio y plausible que todas las fechorías cometidas por Ronny Aleaga a quien el exmandatario se empecina en defender.

Sin embargo, una de sus últimas perlas, la del 1 de septiembre, rebasó el sentido de absoluto de la prudencia y la ponderación, esenciales en la condición de cualquier exmandatario o estadista. Decir que en Ecuador hay que estar atentos de que la CIA, al igual que ocurre en Líbano, cometa actos terroristas para matar civiles en centros comerciales, hoteles y edificios públicos, para luego culparlo, es algo inaceptable, delirante y perturbador.

Por eso es que no se sabe bien para quién tuitea Correa. Sus trinos reafirman al electorado anticorreísta que nunca votaría por él. Asusta a la población indecisa porque ve en sus mensajes la confrontación, la amenaza y el bloqueo.

Y desmoraliza a sus huestes, dirigentes y candidatos que en lugar de prepararse para una campaña positiva, alegre y con visión de futuro, tienen que salir a justificar y defender a un caudillo a quien, por ahora, solo le interesa que le limpien el récord policial.

Si sus mensajes son tan contraproducentes para todos los segmentos del electorado, quizás la pregunta central de este newsletter, estimados lectores, sea: ¿para qué tuitea Correa?

*La ambigüedad con la que procede el Tribunal Contencioso Electoral. A las 16:26 el juez Joaquín Viteri rechazó el pedido de recusación del juez ponente de la causa interpuesta por la asesora presidencial Diana Jácome contra la vicepresidenta Verónica Abad, por violencia política. En la noche de ese mismo día, Viteri corrigió “un error” y dio paso para que se analice este pedido. Una actitud zigzagueante en un caso tan delicado, que involucra al poder político y los dos principales mandatarios del país, debilita la imagen del Contencioso Electoral, a puertas de la campaña y los comicios venideros. https://www.ecuavisa.com/noticias/politica/2024-08-13-institucionalidad-depende-fallos-tce-presidencia-disputa-BJ7830883
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