.svg "Icono parpadeo"){kind=small}
Tres hechos marcaron este lunes 3 de febrero, a pocos días de que se cierre oficialmente la campaña electoral. Dos de ellos salieron del despacho del presidente Daniel Noboa y el tercero, de la Corte Constitucional.
En primer lugar, está la decisión del Gobierno de poner a México un arancel del 27% a los productos que vengan de ese país. Luego vino la orden de cerrar y militarizar, hasta el lunes 10 de febrero, la frontera norte, alegando temas de seguridad y grave amenaza; así como la decisión, que se supone será permanente, de militarizar los puertos.
Por el lado de la Corte Constitucional está el fallo con el que se declaran inconstitucionales los decretos 500 y 505 sobre el encargo presidencial, en estos días de campaña, marcados por la disputa entre Noboa y la vicepresidenta Verónica Abad.
Muchos dirán que poco o nada tienen que estos hechos, salvo que, al leerlos en su conjunto, marcan el ritmo de estas últimas horas de campaña donde se siente que la estrategia del candidato-presidente luce atropellada. Además, de quedar limitada por el dictamen de inconstitucional.
A Noboa le han llovido las críticas por las sanciones comerciales a México, argumentando que habrá un innecesario encarecimiento de precios y productos que perjudicará al consumidor y al productor ecuatorianos.
Esto resulta contradictorio porque horas antes de este anuncio, el propio presidente Noboa celebraba la consecución del TLC con Canadá como una victoria histórica.
Dos hipótesis al respecto. Tal vez, Carondelet quiera revivir las tensiones con México, que estallaron en abril pasado por la irrupción en la Embajada para sacar a Jorge Glas y, con ello, fortalecer su posición anticorreísta. La otra se desprende, más o menos, del tuit escrito por el candidato presidente. Es decir, sancionar a México por falta de reciprocidad, tal y como lo hizo Donald Trump, con quien Noboa busca tejer una alianza ideológica.
El problema es que Trump bajó la bronca con México y suspendió el alza de aranceles por un mes. Noboa, que se apresuró de forma atropellada, se embarcó en una decisión pesada y embarazosa.
La decisión de militarizar fronteras y puertos se explica desde el deseo del Gobierno por generar una cohesión interna a su favor para combatir el terrorismo. Pero también parece algo tomado al apuro y que no ha logrado explicarse con la suficiente pedagogía, pues si es verdad que la militarización de puertos va de largo, y sobre la base de una estrategia de política pública, el anuncio resultaría paradigmático y trascendental.
Recordemos que en el relato de la lucha contra las mafias y la narcopolítica, Fernando Villavicencio señalaba que su misión era poner los puertos bajo control militar. Lo propio indica Andrea González, su compañera de fórmula y ahora candidata presidencial. ¿Noboa quiere parar el crecimiento de esta aspirante para captar el mayor número de votos indecisos que podrían irse con ella?
Finalmente está el fallo de la Corte Constitucional, que si bien cuestiona al mandatario por “entregar” vía decretos la Presidencia a una funcionaria como Cynthia Gellibert, se declara no competente para evaluar si el esquema de licencias pedidas por Noboa son o no una infracción electoral, algo que –insisten- le compete solo al Tribunal Contencioso de ese campo.
Por lo tanto, se abren unos puntos suspensivos muy incómodos sobre cómo procederá el cierre de campaña de Noboa, el jueves. Es decir, si opta por no participar en este, algo arriesgado por ser un evento simbólico para exhibir músculo electoral. O si estará en él, sin tener que pedir licencia ni encargar sus funciones a Abad, quien además vive otro lío jurídico por no haber asumido las delegaciones que el Presidente le hizo en diciembre para que viajara a Turquía.
Serán horas particularmente incómodas y atropelladas para un presidente que tiene como objetivo primordial ganar en una sola vuelta y evitarse así la fatiga de posponer el desenlace para el 13 de abril: ocho semanas agotadoras.
Recomendadas