Noboa se desacelera, ¿debe preocuparse...?

Las recientes encuestas del Comunicaliza muestran la caída de dos indicadores fundamentales para el plan de reelección del Presidente de la República. La valoración de Daniel Noboa, que baja del 60 al 52 por ciento en mes y medio, al punto de volver al mismo porcentaje con el que ganó los comicios en octubre. Y la intención de voto, que pasa del 36 al 32 por ciento.

Sin embargo, Carondelet debe analizar cuál es el comportamiento de esta curva de desgaste que no es pronunciada, pero es un declive al fin. Una hipótesis es que si Noboa controla los apagones, la gente se olvidará esa molestia. Mientras que habrá que sopesar el impacto por la eliminación del subsidio a los combustibles. Es decir, si esa medida produce solo un rechazo momentáneo o se seguirá acumulando en los próximos meses.

La reducción de la inflación en el último mes da cuenta de que el mercado tendió a estabilizar los precios, más allá de que muchos sectores sienten carestía.

Por otro lado, salvo el correísmo, el mapa político no muestra, por ahora, figuras que vayan a sorprender. Aunque los niveles de indecisión son altos, casi 28 por ciento, lo que bien podría explicar ya un descontento por cómo va el Ejecutivo. Así las cosas, y a siete meses de las elecciones de febrero, es momento de que Noboa replantee la estrategia gubernamental enfocándose más en corregir los graves problemas internos de su administración pública. Dudo mucho que haya campo fértil para abundar en pugnas con la Asamblea. La ruptura está dada y Noboa tendrá que aprender a convivir con ello.

Ha hecho bien, sin embargo, en evitar que las protestas de estos días cuenten con el respaldo de la Conaie y de los transportistas, lo cual las debilitará. Es de esperar a que sean las urnas y no las calles las que zanjen cualquier conflicto.

¿Qué queda entonces? La imagen de un presidente que gestiona la administración con eficiencia y resultados. Lastimosamente, ese es el punto débil. Es increíble ver cómo Ecuador está a punto de perder su riqueza petrolera sin que Noboa no haya ensayado una línea discursiva que inyecte optimismo y dé luces sobre cómo recuperar la producción de crudo.

El recrudecimiento de la violencia y la caída del turismo son indicadores de que la situación de Ecuador es crítica y se necesita un presidente que nos hable de ello. A Noboa no le puede ocurrir lo mismo que a Guillermo Lasso. Es decir, que su prestigio y popularidad se diluyan por una gestión poco eficiente. Enderezar la administración pública, no obstante, es la prueba más difícil de cumplir.