Justicia: persiste el manoseo

Es una vergüenza que haya legisladores empecinados en proteger a funcionarios corruptos rodeándoles de privilegios. El trauma nacional que significaron los casos Metástasis, Purga y Plaga no ha dejado una sola lección positiva. Y apenas baja la intensidad de los reflectores, otra vez buscan manosear el sistema judicial.

La aprobación del artículo 23 del cuerpo de reformas al Código de la Función Judicial, de no ser vetado por el presidente Daniel Noboa, permitirá que los integrantes del Consejo de la Judicatura que reciban prisión preventiva, por estar inmersos en algún delito, gocen de licencia sin sueldo, para no perder el cargo.

Es decir, que si una barbaridad como esta hubiese estado vigente en diciembre pasado, el señor Wilman Terán, principal nexo entre la narcopolítica y la narcojusticia, no hubiera tenido que renunciar a su cargo, pese a estar en la cárcel. Y con ello, entorpecer la renovación del Consejo y evitar, con sus tentáculos, que los mafiosos pierdan poder.

¿Por qué se permitió este despropósito? Uno de los legisladores que prefirió no ser citado explica que, como se decidió que el proyecto de reformas a esta Ley fuera aprobado en su totalidad, y no artículo por artículo, había que dar ese paso, pues las reformas incluían avances importantes en la lucha contra la violencia de género, como el tema de las fiscalías especializadas.

Por lo tanto, hubiese sido un golpe a la imagen de las bancadas que defienden la lucha en favor de la mujer, pues los colectivos feministas estaban pendientes del tema.

Se espera que como el gobierno dijo no, haya un veto preciso a esta licencia para vocales de la Judicatura que guarden prisión. ¿Cómo actuarán el PSC y Construye en esa segunda etapa de revisión de la Ley?

La incógnita persiste, mientras los dedos apuntan nuevamente al correísmo que controla la Comisión de Justicia, que preparó el paquete de reformas con este artículo impresentable y que acuerda con las autoridades del Parlamento la votación en paquete, bajo la tan repudiable viveza criolla de nuestra clase política: si pasa, pasa. Todo con tal de seguir en el manoseo de la Justicia y pescar impunidad.