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Si los malos presagios que hoy nutren las redes sociales se cumplen, el correísmo habrá retomado el control del Consejo de la Judicatura, pieza fundamental para nutrir de jueces y operadores (probos o mafiosos) al sistema judicial ecuatoriano.
Solo la historia, en las próximas semanas, demostrará el talante de Mario Godoy, quien presidirá por los próximos meses a la Judicatura. Para que la gente nos entienda mejor, será el reemplazo titular de Wilman Terán, el rostro de la mafia en la Justicia, según todo lo revelado por la Fiscalía, en los casos Metástasis y Purga. Y a quien la Revolución Ciudadana está a punto de evitarle la censura política en la Asamblea, si es que un par de votos –que podrían ser del mismo gobierno- abandonan el plenario en el momento clave de la votación.
Lo que Godoy haga desde su cargo, en términos políticos, repercutirá en la credibilidad que le queda a Juan Esteban Guarderas, el consejero de Participación Ciudadana y Control Social que hizo el pase para que la Liga Azul metiera un golazo, en un partido que ya se jugaba fuera de tiempo.
Aplicando las técnicas más sofisticadas de las triquiñuelas de los políticos, este consejero dio el voto número cinco, que era el necesario, para que el pleno del Cpccs reconsiderara la votación del pasado martes con la cual se designó a Diuna Martínez como la integrante de la terna de la función judicial para ser nominada presidenta de la Judicatura.
Ya en la votación subsiguiente, para escoger a Mario Godoy, Guarderas se abstuvo porque eran suficiente cuatro adhesiones: las de Nicole Bonifaz, Yadira Saltos, Augusto Verduga y la siempre sinuosa Johana Verdezoto.La movida instrumental de Guarderas fue ampliamente cuestionada por la opinión pública nacional, al punto de que sus argumentos de descargo hoy resultan poco convincentes.
En sus redes sociales, el consejero colgó el video con el razonamiento de su proceder. Ahí argumenta que, bajo ninguna circunstancia, se ha aliado al correísmo, al que dice haber combatido. Y que lo único que él buscaba era la devolución de la terna porque ninguno de sus tres integrantes, incluidos Martínez y Godoy, era probo.
Sin embargo, el país no puede desentenderse de la manera con la cual Guarderas abandonó la tesis de sus compañeros Andrés Fantoni y Mishele Calvache, presidente y vicepresidenta del Cpccs, que se jugaron por Martínez, la integrante de la terna que, por lo menos, no tenía sobre sus hombros la defensa de narcotraficantes.
Hace varias semanas, Guarderas fue noticia pública por haber patrocinado un juicio electoral contra la vicepresidenta Verónica Abad, acusándola de campaña anticipada, sin tomar en cuenta que el presidente Daniel Noboa también pudo haber cometido la misma infracción.
Entonces despertó el relato de que este consejero, gran activista contra la corrupción y muy crítico de los excesos de los alcaldes Jorge Yunda y Pabel Muñoz, hoy opera para el Gobierno.Y tras con lo sucedido con Godoy, la Judicatura y la Liga Azul esa narrativa adquirió un nuevo ingrediente: que Guarderas es el nexo del acuerdo entre correístas y el presidente Noboa para incidir en la Justicia.
De la idoneidad del flamante presidente de la Judicatura, Mario Godoy, dependerá que Guarderas recupere su credibilidad. El camino será largo y complicado.
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