Más temprano que tarde, la estrategia comunicacional del Gobierno tendrá que ajustarse, si no quiere que el ahora frente más exitoso de su administración termine por dañar su imagen.
De muy poco le servirá saber cómo conectarse con los jóvenes a través de las redes sociales, sobre todo en TikTok y sus contenidos banales, si es que en el fondo hay muy poco que mostrar. Las desgarradoras imágenes, que también se viralizaron por los teléfonos celulares, dan cuenta de lo lejos que está el Régimen y el país de disminuir la violencia. La sevicia con la que los terroristas dispararon en un circo, en Manta, al asambleísta alterno del correísmo, Christian Nieto, y su esposa supera cualquier discurso propagandístico y, lo que es peor, tira al piso esta estrategia informativa caracterizada por ocultar información, darla a cuentagotas y con datos muchas veces imprecisos.
A Noboa le está ocurriendo lo mismo que al presidente Guillermo Lasso. Es decir, que la administración pública que comanda desde noviembre de 2023 tiene muchas limitaciones para combatir una inseguridad estructural, mafiosa y con muchos recursos que, de lejos, supera las capacidades de las fuerzas legítimas.
Y cuando la gente cifra demasiadas expectativas en el discurso populista de cualquier presidente, las frustraciones pueden ser nefastas.
Lasso tuvo tremendos errores comunicacionales; seguramente esa fue su peor debilidad, porque nunca logró hacer pedagogía sobre el gravísimo lastre que significó el estallido de la violencia. Si ello se hubiera identificado con sensatez y claridad, la gente hubiese entendido que la lucha es de largo aliento y sobre la base de decisiones firmes y profundas.
Noboa tampoco ha desarrollado esa pedagogía. Lo suyo han sido golpes de efecto que se agotan en pocas semanas: desmantelar la toma de TC Televisión, sacar a los militares a las calles, convocar a una consulta popular, volver a sacar a los militares a las calles, pero al final del día Manta, igual que Durán, Quevedo o Guayaquil terminan estremecidos por crímenes horrendos como el de Nieto en el circo.
Y, claro, cuando los funcionarios de hoy dicen a viva voz que Ecuador ya es un país más seguro, la reacción de la opinión pública y los sectores políticos y sociales no solo es crítica, sino que muestra rabia.
Haber puesto en el puerto manabita el centro de operaciones de la FF.AA. y la Policía quizás sea una medida correcta, pero con ello las cosas no se van a solucionar, así se pauten decenas de videos en TikTok mostrando estas acciones como producto de un gobierno de mano firme.
Luego, los criminales nos volverán a sorprender, exponiendo al presidente, al desgaste, porque lo único que vemos es un gobierno reactivo y que no se adelanta a los acontecimientos.
Las cifras de la violencia en Manta muestran la capacidad de traslación que tiene el crimen para saltar de una ciudad a otra. Mientras que los datos analíticos de las redes sociales confirman que, como el caso del proyecto inmobiliario de Olón, las conversaciones negativas pueden tener mayor velocidad e impacto que las que mueve la propaganda oficial. Va siendo hora de que el Gobierno ensaye un diálogo directo con el país para explicarle si, en efecto, el Plan Fénix ha dado resultados.
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