1.- El correísmo adelanta los trámites ante el CNE y su binomio presidencial aceptó la precandidatura. Eso significa que no le dan mayor importancia al diálogo con los partidos de izquierda, porque debido a su récord electoral se sienten en una posición dominante. Es decir, cualquier conversación bajo sus condiciones.
2.- La bronca en X entre Rafael Correa y Pedro Granja, a más de ser de muy mal gusto, demuestra que a ambos dirigentes solo les interesa el show fácil y lucir unos egos que aportan muy poco. Granja es quien pierde porque en su condición de candidato presidencial debiera demostrar cabeza fría y tolerancia para administrar controversias. ¿Cómo se dialoga o se llega a alianzas con él?
3.- ¿A qué vino Ricardo Patiño? Sencillo, a poner orden dentro de la Revolución Ciudadana. No en vano fue el gran articulador de Alianza PAIS entre 2006 y 2017, cuando Lenín Moreno produjo el cisma. Con Rafael Correa prófugo por sus líos legales, nadie mejor que Patiño para unir las diferentes facciones de una agrupación en donde el verticalismo del caudillo se volvió a imponer por encima de la molestia de muchos dirigentes y militantes.
Esa reconstrucción es vital para la RC5, por eso Patiño irá como primer candidato a asambleísta nacional para recoger el voto duro de sus huestes y buscar un gran bloque legislativo. El problema es que es un rostro político con desgaste, lo que ahuyentará a nuevos electores.
4.- Cristina Reyes y Karla Rosero daban para más. No se entiende bien cómo el Movimiento Amigo y el partido Avanza pusieron a dos excelentes cuadros como candidatas vicepresidenciales y no para pelear por la Presidencia. Cristina Reyes, por su trayectoria, asegura muchísimos más votos que Juan Iván Cueva. Mientras que la trayectoria académica, en temas de seguridad, daba a Karla Rosero un perfil mucho más novedoso que Luis Felipe Tillería, pues una mujer con solvencia y formación hubiera pateado el tablero, de forma disruptiva, en este complejo tema. ¿Falta de olfato político o demasiados intereses personales en juego?
5.- Habrá una ‘nueva’ Asamblea a partir de octubre. La inevitable renuncia de Henry Kronfle a su curul, para ser candidato presidencial, lo obliga a dejar la conducción del parlamento. Con ello, la primera vicepresidencia, que le corresponde al correísmo, querrá asumir el control legislativo. Eso cambia ostensiblemente el ritmo de trabajo y la agenda política del primer poder del Estado. Serán siete meses, entre octubre y mayo próximos, que prometen altísima adrenalina, enfrentamientos políticos en un país que estará metido en la campaña electoral. ¿Tiene Daniel Noboa un plan para cuidarse en la Asamblea?
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