Beccacece improvisa innecesariamente, Ecuador sufre demás y Galíndez lo salva: empate con sabor a alerta en Chile.
- Sebastián Beccacece, entrenador de la selección de Ecuador.( )
El empate sin goles de Ecuador ante Chile en Santiago pudo haber sido una catástrofe. No lo fue gracias a Hernán Galíndez, que con cuatro atajadas decisivas sostuvo a una Tri desdibujada, sin ideas y sometida por largos pasajes del partido.
Pero más allá del punto que mantiene a Ecuador en el segundo lugar de la tabla de posiciones rumbo al Mundial 2026, el foco apunta directamente al banco de suplentes: Sebastián Beccacece.
Por querer acomodar a uno, desacomodó a todos. En una decisión improvisada e incomprensible, el técnico argentino apostó por el juvenil Darwin Guagua como titular, un chico de 17 años que no ha debutado en primera división porque ni siquiera forma parte del primer plantel de su club, Independiente del Valle. Pero ahí está.
La actuación de Guagua en el extremo izquierdo fue intrascendente, y sin embargo, Beccacece lo mantuvo en cancha como si no pasara nada. ¿El costo? Sacrificar funcionamiento, sacrificar jerarquía, mandar al banco a Janner Corozo y a la tribuna a John Yeboah (que no estaba lesionado), jugadores de mayor nivel y en buen momento.
La opinión no se basa en una percepción, sino en datos, y a eso vamos: con Guagua como enganche izquierdo, Ecuador no produjo ninguna jugada de peligro en el primer tiempo, todo lo contrario, por allí avanzó como quería Chile y nos superó ampliamente en el primer tiempo con una posesión de balón del 65 % y ocho remates al arco que defendió muy bien Galíndez.
Beccacece le debe mucho Galíndez, él mantuvo el arco en cero y así salvó al DT de su desastre en la gestión de la convocatoria y en la insólita alineación de un chico que no tiene recorrido ni en las selecciones juveniles que él mismo supervisa.
Otro sacrificado fue Pervis Estupiñán. El lateral del Brighton de Inglaterra venía siendo destacado como figura de su club en la Premier League, marcandole un golazo nada menos que al Manchester City, pero Beccacece lo hizo ver muy mal al ponerlo a cuidar las espaldas de un novato sin mérito para estar en la Tri.

La generación mundialista puede verse afectada por los desatinos de su DT, que acomoda a un invitado y desajusta todo el esquema. El presidente de la FEF, en lugar de llamarlo al orden, elige el estilo de Shakira: ciego, sordo, mudo.
El técnico que tanto repite que hay que "cuidar a la selección", parece estar dinamitando la confianza de aquellos que la conforman. ¿Qué sentirán los experimentados que hicieron un doble esfuerzo en la cancha, los que fueron mandados a la banca o a la tribuna, todo por favorecer a un desconocido? El mensaje oficial es que todos lo apoyan, pero, en serio, ¿qué sentirán?
El joven no tiene la culpa de ser otro nombre en este curioso modo de operar de la FEF: llamar a un invitado de IDV, meterlo en la nómina y hacerlo debutar; pero quienes lo pusieron allí (y lo expusieron) sí tienen responsabilidad, esto no es solo cosa del entrenador.
A Chile, el colista, había que salir a ganarle para asegurar pronto un cupo al Mundial, pero en lugar de eso Beccacece eligió poner de titular a un juvenil sin trayectoria, le cedió todo el protagonismo a La Roja y ahora habrá que esperar.
Recordemos que en la fecha anterior el seleccionador ya intentó hacer debutar a Guagua, pero detuvo su ingreso cuando Venezuela descontó (2-1) y se acercaba peligrosamente al empate, lo que no ocurrió solo gracias -otra vez- a Galíndez.
El DT improvisa, experimenta y se traiciona a sí mismo. Porque si su discurso es cuidar a La Tri, entonces no se entiende cómo deja fuera a talentos con más rodaje internacional, ni cómo se explica que su gestión empiece a mostrar señales de desgaste en un camerino que parece confundido por tanto ensayo innecesario.
Alguien en la Federación Ecuatoriana de Fútbol debería ponerle un alto. Pero no parece que sea el presidente Francisco Egas, quien ya justificó la titularidad de Guagua diciendo que "no desentonó", como si eso fuera suficiente en una selección que aspira a competir con los mejores del mundo. Frente a las críticas, Egas ha optado por un estilo acorde al estribillo famoso de Shakira: ciego, sordo, mudo.
La Tri sumó en esta doble fecha, sí. Pero no siempre se podrá depender de Galíndez. Y si no hay autocrítica, transparencia ni claridad en las decisiones, la generación mundialista puede verse afectada. Cuidado el DT daña el camerino.
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