La vía Pifo-Papallacta se caracteriza por los bruscos cambios de clima.
El clima, alta velocidad y la imprudencia de conductores y peatones hacen que haya sectores donde los accidentes son frecuentes y en muchos casos, mortales.
A más de 3.000 metros de altura está la Virgen de Papallacta, es la parte más alta de la carretera que une esa población, en Napo, con Pifo, en Pichincha. Esta vía se caracteriza por los bruscos cambios de clima y lo sinuoso de su trazado.
Aquí se encuentra la curva de la muerte, denominada así porque los accidentes de tránsito registrados han conmocionado a todo el Ecuador, el más reciente, el del bus colombiano, dejó 23 muertos.
Caso similar es el de la carretera Alóag-Santo Domingo. Según las estadísticas de la Policía, entre enero y junio de 2018, se produjeron 50 accidentes con 13 muertos en total.
La carretera E35, desde la salida de Quito hasta Latacunga, es otra de las más peligrosas del país, así lo demuestran las cifras: entre enero y junio, se registraron 97 siniestros con 51 fallecidos, 26 de ellos atropellados. La carretera es de alta velocidad y tiene tres carriles por dirección y a diario, los moradores de ambos lados deben cruzarla.
Esta es la situación de varias vías en la Sierra, en donde el clima, las condiciones del terreno y la imprudencia hacen que los siniestros sigan engrosando las estadísticas de muertos y heridos en las vías.
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