En último ataque, camión tanquero sufrió agresión en el parabrisas, sin dejar heridos.
El Ejército informó el lunes 27 de marzo de 2018 que "localizó e identificó un campamento ilegal" de presuntos disidentes de las FARC cerca de la frontera con Colombia.
El hallazgo se produjo durante una visita del comandante general del Ejército, el general Édison Narváez, a las unidades militares en la frontera norte de Ecuador, blanco en los últimos meses de ataques de grupos armados de origen rebelde.
Según un comunicado, el campamento ilegal, "presumiblemente de disidentes de los Grupos Armados Organizados (GAOS) del Frente 48 de las FARC", fue localizado a orillas del río San Miguel, a su paso por el cantón Putumayo, en la provincia de Sucumbíos, que limita con el departamento colombiano también llamado Putumayo.
En el campamento, que según el Ejército podría haber servido "para alojar a entre 12 y 15 personas", fueron hallados "equipo, algunos pertrechos y panfletos de propaganda subversiva".
Ecuador enfrenta desde hace más de dos meses una inusual ofensiva en la zona de frontera a manos presuntamente de disidentes de las FARC, la guerrilla colombiana que depuso las armas para convertirse en partido político tras firmar la paz en 2016.
Este lunes 26 de marzo por la noche, el comando conjunto de las Fuerzas Armdas informó que un camión tanquero que abastece de agua a las unidades militares en la misma zona "sufrió una agresión" en el parabrisas, sin causar víctimas.
El pasado martes 20 de marzo, tres militares murieron y once resultaron heridos por la explosión de un artefacto mientras patrullaban una zona de la provincia costera de Esmeraldas, al noroeste y vecina al departamento colombiano de Nariño. Tras este, los presidentes de Ecuador y Colombia, Lenín Moreno y Juan Manuel Santos, acordaron estrechar la colaboración de sus respectivas Fuerzas Armadas -sin referirse a operaciones militares conjuntas- para luchar contra el "crimen transnacional".
Moreno atribuye esos ataques a una represalia por parte de los grupos que se apartaron del proceso de paz -que según inteligencia militar cuentan con unos 1.200 combatientes- y que están implicados en el narcotráfico y en la minería ilegal.
Otros ataques en Esmeraldas han dejado 32 uniformados y civiles heridos en distintas acciones.
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