Porte y tenencia ilegal de armas, un delito que crece en Ecuador
En lo que va del año ya se han incautado el 97% del total de armas confiscadas durante 2020.
En Guayaquil, el pasado 30 de octubre, las Fuerzas Armadas aprehendieron a un ciudadano que portaba sin permiso una pistola, un cargador y 11 municiones. Durante ese mismo día, en Machala, detuvieron a otra persona que tampoco tenía autorización para portar una pistola, cargador y 12 cartuchos.
Aquello es una rápida muestra de que las armas incautadas en operativos de control, y que luego quedan grabadas en fotografías, no son hechos atípicos en Ecuador.
Según los datos entregados por la Policía Nacional, a través de un pedido de información realizado por este medio, existe un aumento de la incautación de armas a partir de 2019 si se compara con 2017 y 2018.
De hecho, en lo que va del año ya se han incautado el 97% del total de armas confiscadas durante 2020, el año con más incautaciones registradas en los últimos cinco periodos.
¿Por qué el incremento?
Existen varios factores. El general Alain Luna Villavicencio, director nacional de la Policía Judicial en una entrevista con Ecuavisa.com explica que durante el confinamiento "era más fácil hacer requisas de 20 vehículos y no de 2.000 vehículos que circulan abiertamente por las vías en situaciones comunes”.
Pero hay otro factor. Ahora, en el contexto de post pandemia, resalta Luna, la crisis económica a nivel mundial ha hecho que persista la tendencia, “el desempleo conlleva a que muchos ciudadanos sean captados por grupos delincuenciales organizados para integrar sus filas y cometer actividades delictivas como facilitar el transporte o almacenar armas”, detalla.
Porte y tenencia sin autorización
Sin embargo, al revisar el desglose de las cifras, el delito que más predomina es la tenencia y porte de armas de fuego, es decir, usuarios que en algún momento tuvieron un porte legal, pero que ahora no cuenta con sus papeles en regla.
Por ello, el general Alain Luna, resalta que “no todo lo que tiene que ver con las armas en el país están ligadas a la delincuencia, gran parte de nuestros agricultores especialmente en el sector de las provincias de la Costa utilizan, lamentablemente, el porte de armas de fuego”.
Así, este tipo de delito, abarca el 83% en incidencia en relación a la incautación y decomiso de armas de fuego en Ecuador.
En la misma línea, Carla Álvarez, experta en el estudio de políticas de control de armas de fuego en el país, dice que las cifras revelan una falta de regulación, “la mayor cantidad de estados tiene problemas con el control de licencias que entrega (...) En Ecuador el estado no tiene la capacidad de regular, las cifras lo demuestran”.
Pero ¿qué dicen las leyes?
El delito de porte y tenencia ilegal de armas es castigado con seis meses a cinco años de cárcel, como establece el artículo 360 del Código Integral Penal (COIP). Además, según la Ley sobre Armas, Municiones, Explosivos y Accesorios, para poder portar o tener armas de fuego se necesita obtener un permiso emitido por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Entre las armas que más se han incautado en los últimos años figuran: el revólver, la cartuchera y la pistola, estas representan el 72% de incautación a nivel nacional.
Una tendencia que se replica en los demás países, “las pistolas y revólveres ocupan el 70% de incautaciones a nivel mundial, esto indica que son incautaciones de personas que ocupan las armas para autoprotección”.
El impacto
Las armas de fuego producen el 75% de las muertes de toda América Latina, subraya Álvarez. Y según el Ministerio de Gobierno el 59.3% de los homicidios intencionales en Ecuador han sido cometidos con armas de fuego.
En ese sentido, la experta en seguridad destaca que, "la política pública debería dirigirse a tener controles más restrictivos". En el mismo sentido, el director nacional de la Policía Judicial, insta a no apoyar el libre porte de armas, un debate que tomó vigencia este año ante la propuesta de la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri.
Por eso, Alain Luna, urge que “se deje a un lado las ideas y voces sobre que los ciudadanos deben estar armados para garantizar la seguridad (...) La seguridad es no portar armas. Las voces contrarias buscan generar incremento de venta de armas y municiones bajo el pretexto de la seguridad”, advierte.
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