Ecuador consume cada año seis millones de llantas. De este número, 4,8 millones son usadas por vehículos livianos, pesados y extra pesados, mientras la cantidad restante es utilizada en motos y bicicletas.
Pese a que existe un decreto que dispone el reciclaje de gran parte de estos neumáticos, solo el 15% llega a las plantas procesadoras. El resto termina en las calles, zanjas y otros espacios al aire libre donde representan una amenaza para el medio ambiente y la salud de los ciudadanos.
Actualmente en el país existen siete empresas recicladoras dedicadas al procesamiento de este material. Estas fábricas reciben aproximadamente un millon de llantas. Un número inferior al que deberían procesar.
Anthony Baque es dueño de una vulcanizadora en Durán, provincia de Guayas. Cuenta que semanalmente bota unas cien llantas, sin conocer exactamente cuál será su destino pues una persona llega a su taller y se las lleva. Al igual que él, miles de ecuatorianos desconocen qué hacer con los neumáticos.
En cambio, Eddie Govea, dueño de una planta recicladora, asegura que falta más impulso gubernamental para fomentar el reciclaje de este producto.
Con las llantas desechadas se pueden hacer reductores de velocidad, topes de parqueo, alfombras para gimnasio, pistas atléticas y mucho más.