19 dic 2023 , 13:47

Será Noboa quien rompa con el correísmo...

   

    Será cuestión de días. Todos los que el exvicepresidente Jorge Glas se tome para pedir asilo político a México y todos los que ese gobierno demore en analizarlo y dar una respuesta.

    Si Glas sale beneficiado, el presidente Daniel Noboa tendrá que otorgar un salvoconducto para que el exsegundo mandatario pueda salir de la Embajada en Quito y tome un avión hacia México. O negárselo.

    Si Noboa facilita el traslado, quedará en evidencia, ante la opinión pública, el enorme favor al correísmo y, palabras más, palabras menos, le habrá hecho el juego a la impunidad, pues a Glas, la Corte Constitucional, le acaba de tumbar el hábeas corpús con la que salió en prelibertad meses atrás, mientras la Fiscalía le exige comparecer ante la Corte Nacional para que rinda cuentas por los cargos de peculado, planteados en su contra en el caso Reconstrucción de Manabí.

    Es decir, si Noboa le extiende el salvoconducto, todas estas cuentas pendientes ante la justicia quedarían en el aire.

    Pero si Noboa se niega formalizar la salida de la Embajada, el acuerdo legislativo con el correísmo pendería de un hilo y, junto a ello, la posibilidad de que buena parte de su agenda de gobierno se embolate, en estos meses vitales para fortalecer su popularidad en su afán de reelegirse.

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    La decisión, por cualquier lado, tiene costos enormes. Por eso, la estrategia de Carondelet apunta a que sean las autoridades mexicanas las que desistan de apoyar a Glas, en su eventual pedido de asilo, para que Noboa no tenga que comprometerse con sus socios parlamentarios.

    Por otro lado, el Presidente debe saber que la incómoda posición en la que le ha puesto Glas no será la única que por administrar en los próximos días.

    Desde el 17 de noviembre, cuando se instaló la Asamblea Nacional, la Revolución Ciudadana, tras apoderarse de la Comisión de Fiscalización y de la de Justicia, no ha hecho más que imponer una agenda particular, encaminada a sortear los obstáculos judiciales que Rafael Correa y su plana mayor acumulan. Por eso quisieron apurar el juicio político contra la fiscal Diana Salazar, plantear la amnistía para Ricardo Patiño y con sus 51 votos bloquear la autorización legislativa, totalmente improcedente, para que avance el juicio penal contra Glas, dentro del caso Manabí.

    Y como en los próximos días, el correísmo se comportará como una fiera herida, por todo lo ocurrido, están en Noboa la habilidad para neutralizarlo. Es su responsabilidad y la de Jaime Nebot, por haberle otorgado un enorme poder en ese acuerdo legislativo donde se abusó del pragmatismo.

    De momento, es Diana Salazar quien tiene la sartén por el mango, bajo la certeza de que su desempeño y valentía por el caso Metástasis, ha sido enormemente valorada por la ciudadanía. Si la transparencia y la limpieza ética del Estado es el fin supremo de un Gobierno, no hay más vueltas que darse a la hora de replantear la agenda política y sus aliados.

    *La grave situación fiscal y los apuros que día tras día debe asumir el Ministerio de Finanzas para que la administración pública no se paralice. El problema es que el Gobierno no logra tener claridad en las medidas para evitar el terrible hueco de 6.000 millones de dólares, sin asumir medidas drásticas y necesarias. El Régimen pelea contra el tiempo en su afán de forzarle al país hacia la reelección. https://www.ecuavisa.com/noticias/economia/decimos-sector-publico-acreditados-transcurso-semana-HD6500810
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